
Bethany Hughes

http://www.nationalpost.com/story.html?id=1637102
http://www.youtube.com/watch?v=oCEx1EU5V6U
http://watchtowerlawsuit.com/
Estimados camaradas víctimas de las políticas doctrinales watchtowerianas:
Seguimos con la noticia del Canadá por su particular transcendencia. Hemos estado esperando que la página de TJDenfendidos y Contraatacados dijeran algo sobre este tema..., ¡pero guardan un silencio sepulcral! ¡El gato les ha comido la lengua! Les gustan muchos los datos, pero los datos que proceden de la única "voz" de Dios en la Tierra..., ¡así son de independientes!
Este caso tiene de trascendente el que la Sociedad Watch Tower está en el punto de mira de la judicatura.
¿TUVO BETHANY LA OPORTUNIDAD DE ESCOGER?
La lucha de un padre cuya hija, testigo de Jehová, falleció después de rehusar transfusiones sanguíneas
Juliet Guichon y Ian Mitchell, National Post
Publicado: jueves 28 de mayo de 2009
El lunes, el Tribunal de Apelaciones de Alberta requirió la presencia de dos médicos especialistas en cáncer del Edmonton's Cross Cancer Centre para defender el protocolo médico llevado a cabo en el caso de la adolescente testigo de Jehová aquejada de leucemia.
En gran medida, el tribunal examinará si la Sociedad Watch Tower --la principal entidad legal utilizada por los testigos de Jehová-- puede se culpable de obstrucción a un tratamiento médico adecuado.
Este drama tuvo su comienzo en le invierno del año 2002, cuando una joven de 16 años de Calgary, Bethany Hughes, necesitaba una transfusión sanguínea. Tanto Bethany como su madre se opusieron porque obedecían la directiva de la Sociedad Watch Tower que prohíbe este uso de la sangre. Cuando la muerte de Bethany se aproximaba, un tribunal de Alberta autorizó las transfusiones sanguíneas que precisaba y, entonces, Bethany recibió largas sesiones de quimioterapia con el apoyo de tranfusiones sanguíneas simultáneamente.
En junio de 2002, Protección a la Infancia (Child Welfare) dejó de tener a su cargo a Bethany. El padre la joven, Lawrence Hughes, presentó documentos ante el tribunal demostrando que la Sociedad trasladó a Bethany de Calgary sin decirle nada a él; limitando las opciones de tratamientos a los que le dio el Cross Cancer Centre, de manera que la chica no pudo recibir el mejor tratamiento para su enfermedad y los mejores cuidados paliativos; rehusando revelarle la localización de Bethany a su padre hasta dos meses después de la muerte de la muchacha.
El Sr. Hughes, que no acepta la interpretación bíblica de la Sociedad respecto a las transfusiones de sangre, se queja de que los abogados de la confesión religiosa son además pastores de congregación (ancianos), siendo los instrumentos para la ruptura de su vida familiar.
La Sociedad Watch Tower, una organización muy dada a los litigios judiciales, ha presentado numerosos recursos aparentemente con la intención de que el padre no pueda ser escuchado por sus propios méritos. La Organización incluso amenazó personalmente al abogado del Sr. Hughes con tener que pagar una indemnización de las costas del juicio de su propio bolsillo. A pesar de lo infructuoso del intento, esto ha conseguido que al Sr. Hughes le resulte casi imposible encontrar alguien le represente.
Después de una audiencia que tuvo lugar hace dos semanas, en la que el Sr. Hughes se representó a sí mismo, no contra los abogados, sino, contra el abogado de los abogados, el lunes el tribunal le permitió al Sr. Hughes formular las dos preguntas en cuestión: ¿Quién autorizó el tratamiento médico? ¿Fue un tratamiento médico negligente?
La Sociedad Watch Tower afirma que tanto la muchacha, como su madre, dieron el consentimiento informado para el tratamiento del hospital Cross. Pero el mismísimo corazón del Sr. Hughes le dice que eso no fue posible, y mucho menos en el caso de Bethany podría conocer alguien qué es lo que deseaba ella.
Esto se fundamenta en que, en abril de 2002, un juez sentenció enfáticamente que Bethany de ningún modo había tenido posibilidad de tener un criterio libre e informado. El juez se lamentó de "las presiones e influencias que había padecido la muchacha en las últimas semanas para que mantuviera su postura en cuanto a las transfusiones de sangre". Aún cuando Bethany estaba gravemente enferma, el tribunal escuchó cómo los compañeros de fe de la joven la habían animado para "que mirase a la muerte de cara a cara". El tribunal dijo que Bethany había sido víctima de una "influencia indebida" que "le había imposibilitado tomar una decisión con conocimiento de causa".
El juez además advirtió a las autoridades sobre los futuros cuidados que pudiera recibir Bethany, y "les avisó de que estuvieran conscientes de las presiones que ha sufrido y las que pueda sufrir en le futuro".
Los médicos están bien familiarizados con este tipo de presión. Muchos médicos con los que hemos hablado nos han dicho que comprenden que los pacientes asociados a la Sociedad Watch Tower solo tienen dos opciones: aceptar la transfusión sanguínea y perder a familiares y amigos, o rehusar la transfusión y arriesgarse a perder la vida. El personal médico dice que también tienen temor a las demandas judiciales de la Sociedad Watch Tower si ellos ponen transfusiones de sangre a pacientes de esta religión.
Ahora les toca el turno a los médicos y al hospital Cross Cancer Centre explicar ante el tribunal porqué razón no protegieron a Bethany de esa "influencia indebida"; y porqué motivo ellos no solicitaron el consentimiento del único pariente que resistió la presión de la Sociedad Watch Tower..., ¡el padre!
En esta batalla valiente y en solitario que ha librado, el Sr. Hughes ha forzado a los tribunales a que consideren a la Sociedad Watch Tower y sus abogados como responsables de sus actos. Y sea que esté sin letrado que le represente, desconsolado y estigmatizado, éste padre y "abogado de sí mismo" permanecerá como un testimonio.
No importa el resultado para el Sr. Hughes, ahora solo se precisa orientación jurídica cuando los médicos de ambas partes se encaran en el litigio: una parte interesada en que se respeten los preceptos religiosos por encima de todo, y la otra parte, que objeta a que preceptos religiosos interfieran en los tratamientos médicos. La política de la Sociedad Watch Tower en este sentido, es peligrosa y cara; cuando un paciente que necesita sangre pertenece a una familia de testigos de Jehová, se tiene que emplear una enorme cantidad de tiempo extra por parte del personal médico, también una enorme cantidad de dinero por parte de la sanidad pública amén de otro tanto en los habituales procesos judiciales.
La mayoría del personal sanitario desea respetar las auténticas creencias religiosas de los pacientes. Pero, debido a las presiones indebidas sobre los pacientes y el personal sanitario hace imposible el que se pueda conocer la verdadera voluntad del paciente y actuar en consecuencia.
En los casos en los que está envuelta la Sociedad Watch Tower, el personal sanitario necesita desesperadamente un protocolo médico de carácter legal para atender los intereses de los pacientes, así somo sus deseos y creencias.
-Dra. Juliet Guichon, está doctorada en Derecho, y es asociada y directiva en la Oficina de Bioética Médica en la Universidad de Calgary. El Dr. Ian Mitchell es catedrático en Pediatria y Bioética en la Universidad de Calgary.
Fin de la traducción.
¡Gracias, Topo Ajalvireño! Una vez más has dispensado el alimento a la casa de la fe. ¡Si no fuese por tus traducciones..., no podríamos leer los artículos los apóstatas y los testigos de Jehová fieles que se informan aquí! Los TJ se fían más de la información que damos los ultra apóstatas, que la información que da tarde mal y nunca el Cuerpo Gobernante.
Sabemos que este tipo de noticia saca de los nervios a los agentes Watch a sueldo, pero, nuestro cometido es informar de la verdad..., ¡para la mentira ya tenemos al Governing Body Bank y sus lacayos!
Creo que ésta joven que ha muerto por una doctrina que tiene todos los visos de ser caduca, bien se merece este post y otros muchos..., ¡nunca hablaremos bastante de ella! Los apóstatas luchamos para que esto no lo tenga que vivir ningún padre o madre nunca jamás.