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jueves, 9 de enero de 2014

Consultorio teocrático: "¿Puede mi hija formar parte de una coro escolar..., y ser salva?"



     Estimados camaradas ocultos de la ira watchtoweriana en las catacumbas ibéricas y allende los mares:

     Nuestra hermana Ana, desde Canillejas (Madrid), está inquieta y preocupada por la formación de su hija y sus posibilidades de salvación eterna.  Algunos hermanos "maduros" espiritualmente, le desaconsejan que su hija siga formando parte del coro escolar.  Le advierten que esta confraternización  --fuera del horario escolar--   con personas ajenas a nuestra confesión religiosa, puede hacer peligrar la salud espiritual de su hija y sus posibilidades futuras de salvación eterna.  Ella lo explica así:
"De extranjis, hace tiempo que leo las entradas de tu blog y los comentarios atinados que hacen nuestros hermanos en la fe.  Estoy enganchada.  Además, me está sirviendo para desprogramarme y también ayudar a los míos para que vean las inconsistencias del Cuerpo Gobernante y de su instrumento "la Organización"..., cuyos tentáculos llegan a toda esfera de nuestras vidas, controlandolas al detalle.
Tengo una hija adolescente, aficionada al canto.  Como su centro educativo ofrece como actividad extraescolar la participación en un coro, pues la apunté.  Sin embargo, algunos hermanos maduros de mi congregación, me han llevado al cuartito y me han leído la cartilla: las actividades extraescolares son un instrumento de Satanás para corromper la espiritualidad de nuestros hijos a medio plazo, y para robarle tiempo a la Organización, ¡tiempo que deberían emplear los jovencitos en "vender" las publicaciones de la nuestra religión!
Mi pregunta es la siguiente: ¿En qué se basa esta política de los testigos de Jehová, de demonizar las actividades extraescolares y relacionarlas con la salvación eterna de nuestros hijos?"
     Querida hermana Ana:

     Como bien dices, este demonizar las actividades extraescolares, no parte de la opinión personal de los hermanos maduros de la congregación, o de los ancianos (pastores religiosos) en general.  La postura monolítica, mundial y sin fisuras de los testigos de Jehová en esta materia, parte de los de siempre: el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová.  Básicamente, no quieren que confraternicemos con personas ajenas a la confesión religiosa  --para que no puedan abrirnos los ojos--, y que nuestro tiempo libre y recursos económicos no los desperdiciemos en actividades personales que puedan beneficiarnos a nosotros..., sin tener en cuenta los intereses económicos de la jerarquía religiosa.

     Como no quiero que entre un agente Watch y esto se convierta en un combate de dimes y diretes, te citaré de la próxima edición del Diccionario Etimológico Watchtoweriano-Español.  ¡Va por ustedes!

Actividades extraescolares: El miembro de la confesión religiosa de los testigos de Jehová: nace, crece, se reproduce y muere por y para un único objetivo: servir a los intereses del ente religioso, ¡que normalmente no coinciden con los del cándido individuo! La familia, los estudios académicos y la vida profesional, son sólo medios secundarios que permiten al individuo ser independiente económicamente para poder trabajar y producir para la entidad religiosa: distribuyendo sus publicaciones por los domicilios y en las calles, sin olvidarse de pedir a los transeúntes un donativo en metálico para la etérea Obra Mundial, que no es otra cosa que los intereses financieros del Cuerpo Gobernante y los anónimos 500 accionistas que componen la entidad que representa legalmente a los testigos de Jehová. Por este motivo, las actividades extraescolares, son una distracción imperdonable para el niño-ministro religioso de esta comunidad. Los niños, como los adultos: nacen, se reproducen, respiran, existen y mueren por y para para predicar las buenas nuevas del Reino, o sea, para incrementar el patrimonio del ente que gestionan los todopoderosos miembros del Cuerpo Gobernante. Todo lo que exceda de la obligatoriedad que impone el “César” (las leyes obligatorias que rigen en un país sobre la educación de los niños), es un lujo que no puede permitirse el niño “cristiano”, que quiere conseguir la aprobación de Dios y labrarse un porvenir dentro de la comunidad religiosa. Por este motivo, es rarísimo --tanto como las sirenas-- encontrar un niño Testigo participando o federados en clubes deportivos, o participando en actividades extraescolares. ¡Nada de perder el tiempo precioso que pertenece a Jehová en actividades inútiles fuera del horario escolar, o de mezclarse con los niños mundanos que están gobernados por Satanás y, por lo tanto, no son una buena compañía!

 Actividades extracurriculares

Los testigos de Jehová creen que en la vida debe haber más que solo estudio y trabajo. El tener algún ejercicio y recreo durante las horas escolares suministra una pausa y refrigerio que son necesarios. Pero usted quizá haya notado que la mayoría de los jóvenes Testigos no participan en actividades extracurriculares auspiciadas por las escuelas. Una breve explicación puede ayudarle a entender nuestros puntos de vista sobre este asunto. 

Las familias de Testigos ya siguen un programa de actividades que tiene como centro su adoración. […] Sin embargo, al mismo tiempo los padres Testigos piensan que con frecuencia las escuelas dan demasiado énfasis a los deportes. Por eso, en la educación que dan a sus hijos, los padres tratan de moderar el énfasis que se da al logro atlético. Esperan que sus hijos deseen seguir carreras de ministros de Dios, no de atletas. Por eso, en cuanto a las horas que sus hijos tienen después de la escuela, los padres Testigos los estimulan a darlas principalmente al desarrollo de intereses espirituales, más bien que a sobresalir en algún deporte.

Creemos que la participación en los deportes organizados expondría a los jóvenes Testigos a asociaciones malsanas. También creemos que el espíritu de competición de los deportes modernos —la ideología de que ‘el ganar no lo es todo, sino lo ÚNICO que se debe procurar’— tiene efectos dañinos. Por eso, si los jóvenes Testigos tienen necesidad de recreo adicional, sus padres los estimulan a buscar tal recreo con compañeros de creencia, sí, “junto con los que de corazón limpio invocan al Señor”. (2 Timoteo 2:22.)
Directores de vítores y reinas de belleza: En los eventos atléticos las personas que dirigen los vítores de los partidarios de los equipos tienen la responsabilidad de iniciar los frenéticos vítores de la muchedumbre a favor de una escuela. También estimulan a las personas a adorar héroes y las dirigen en ponerse de pie para el himno estudiantil. Los testigos de Jehová consideran impropio el hacer esto. De manera similar, creemos que el que una joven Testigo sirviera de reina de belleza violaría principios bíblicos que muestran que es impropio glorificar a criaturas humanas. (Romanos 1:25; Hechos 12:21-23.) 
Bailes escolares: Como sucede en el caso de los deportes, el bailar también puede ser una actividad sana, saludable. Está claro que Jesucristo aprobaba esta actividad, puesto que mencionó el baile como parte de una celebración apropiada cuando dio la ilustración acerca del hijo pródigo (Lucas 15:25). Sin embargo, usted quizá haya notado que los jóvenes Testigos por lo general no asisten a bailes auspiciados por la escuela, tales como bailes de gala para los que están en su último o penúltimo año de escuela. ¿Por qué? 
Esto principalmente se debe al mal ambiente que por lo general existe con relación a los bailes escolares. Es cosa común que se fume, se abuse de las bebidas alcohólicas, se usen drogas, y también se participe en escandalosa conducta sexual. Por eso, la persona que asiste a estos bailes se ve casi inevitablemente en medio de compañía malsana. En vista de eso, en armonía con la amonestación de estar en actividades “junto con los que de corazón limpio invocan al Señor”, es costumbre de los testigos de Jehová evitar los bailes escolares
Citas: Últimamente, en muchos lugares el concertar citas ha llegado a ser una forma común de recreación. Hasta jovencitos a principios o mediados de la adolescencia suelen concertar citas. Se los puede ver cerca de la escuela tomados de las manos, besándose o hasta haciendo cosas que van más allá de eso. Los padres Testigos no creen que es propio que sus hijos que todavía son demasiado jóvenes para casarse se aíslen con un miembro del sexo opuesto y participen en la conducta que generalmente se asocia con el concertar citas. 
Clubes escolares: Puede ser que estudiantes que tienen intereses similares deseen compartirlos como miembros de clubes escolares. Suele suceder, sin embargo, que estos clubes sirvan principalmente para actividades sociales. Y se ha notado que el participar en tales actividades con ciertos grupos de estudiantes por lo general conduce a comportamiento inmoral. En vista de esta posibilidad, creemos que los que piensan unirse a un club escolar deben considerar cuidadosamente el asunto antes de hacerlo. 
Preguntas importantes que los jóvenes Testigos y sus padres considerarían son éstas: ¿Están limitadas a las horas escolares las actividades del club? ¿Están esas actividades bajo cuidadosa supervisión escolar? ¿Habrá de exigir el pertenecer al club que después de las horas escolares se dedique a él tiempo que pudiera emplearse mejor en actividades de familia o de la congregación? Al fin y al cabo, los padres Testigos tienen la responsabilidad de decidir a qué clubes u organizaciones escolares, si a algunos, permitirán que se unan sus hijos. 
Dramatizaciones escolares: Los testigos de Jehová no tienen objeción alguna a la representación dramática en sí misma. Una parte prominente de nuestros programas de las asambleas de distrito consiste en dramas bíblicos. Sin embargo, los padres Testigos dan consideración a varios factores antes de decidir si han de permitir que sus hijos participen en alguna representación dramática escolar. Por ejemplo: ¿Está en armonía con los principios bíblicos lo que se pinta en el drama? Los jóvenes Testigos no participarían en un drama que apoyara tácitamente normas morales que la Biblia condena. Además, hay que considerar el tiempo que tomaría el ensayar las escenas, y la posibilidad de que los niños se vean envueltos con compañía que no sea buena. Por eso, los padres de los jóvenes Testigos, al decidir si éstos han de participar o no en una representación teatral, darán cuidadosa consideración a estos factores. 
Donaciones de sangre y de otro tipo: De vez en cuando, en muchas escuelas se pide que los estudiantes hagan donaciones a una causa u otra. A veces se pide sangre para emplearla en transfusiones. Sin embargo, lo que entendemos del mandato bíblico de que nos ‘abstengamos de sangre’ es que la sangre no debe comerse ni usarse de ninguna otra manera. Por tanto, como asunto de conciencia, ni damos ni aceptamos sangre. (Génesis 9:4-6; Levítico 17:10-14; Hechos 15:19, 20, 28, 29.) 
Por razones que ya hemos considerado en este impreso, en los casos en que se solicita dinero para alguna causa política o con relación a algún día festivo religioso o una celebración religiosa, los Testigos de Jehová no contribuirían. Tampoco participaríamos en loterías, juegos de azar ni otra actividad de tal índole. Sin embargo, con relación a otras cosas se puede tomar una decisión personal respecto a si se contribuye o no, según las circunstancias. Por ejemplo, si un compañero de escuela ha resultado herido o está enfermo y se hace una colecta para comprarle flores u otro regalo, con gusto los Testigos participan en dar según los recursos que tengan para ello. (Hechos 20:35.) La Escuela y los Testigos de Jehová (1983), Páginas 22-25. 
 Las actividades después de clase 

 Los jóvenes cristianos no deben dejar que ninguna actividad los lleve a descuidar el servicio a Dios. ¿Has encontrado tú ese equilibrio? Si así es, te felicitamos: vas camino del éxito. 

Algunos, sin embargo, se entregan con pasión a actividades que tienen lugar fuera de horas de clase, sea en su centro educativo o en algún otro lugar. Aunque lo que hagan no sea necesariamente malo, deberían preguntarse: “¿Cuánto tiempo me consume? ¿A qué compañías, ambientes y actitudes me expone? ¿Podría convertirse en el centro de mi vida?”. Uno puede obsesionarse tanto con una afición que no le queden apenas tiempo ni energías para Dios. Sin duda, es muy importante tener claras las prioridades (Efe. 5:15-17). 

Pensemos en el caso de Stefan. “Cuando tenía 12 años —relata—, me uní a un equipo de voleibol. Gané muchos premios y medallas, y tuve la oportunidad de convertirme en una estrella del deporte.” No obstante, se dio cuenta de que aquello lo estaba perjudicando espiritualmente. Por ejemplo, andaba tan cansado que se quedaba dormido leyendo la Biblia. Además, participaba con pocas ganas en el servicio del campo. “El deporte —señala— me dejaba sin fuerzas y, de hecho, estaba afectando mi amor por la verdad. Sabía que no estaba dando lo mejor de mí.” La Atalaya, 15 de junio de 2011, página 29. 

Se dice que en muchas escuelas las actividades extracurriculares no son obligatorias. Pero en realidad hay maestros y estudiantes que ejercen mucha presión en los jóvenes para que participen en ellas. Una cristiana de 20 años descubrió una buena manera de manejar esa clase de presión. Dice: “Fui precursora auxiliar durante mis años de secundaria. Todos sabían que estaba demasiado ocupada en mis actividades religiosas para participar en otras”. La hermana menor de esta Testigo hizo lo mismo. Algunos jóvenes cristianos que han sido precursores auxiliares mientras asisten a la escuela pasan directamente al servicio de precursor regular como proclamadores del Reino en servicio de tiempo completo cuando terminan su educación escolar. La Atalaya, 15 de julio de 1991, páginas 24 y 25. 

Peligros espirituales 

Puede que no te des cuenta de que las actividades extracurriculares están fuera de control sino hasta que ya estés en aprietos. Y cuando esto sucede, ¡algo más que tus calificaciones puede ser afectado! Un cristiano, al mirar retrospectivamente a sus años de adolescencia, dice: “Pensé que podía armonizar tres actividades: las tareas escolares, las prácticas con el equipo de pista y campo, y las actividades espirituales. Pero cada vez que las tres confligían, sacrificaba el aspecto espiritual de mi vida”. 

El joven Themon, que formaba parte de dos equipos deportivos de la escuela, concuerda con esto: “No podía asistir a las reuniones en el Salón [del Reino] [para recibir instrucción espiritual] por el hecho de que los martes, los jueves y los sábados salíamos de la ciudad y no regresábamos sino hasta las dos de la mañana”. 

Ambos jóvenes lamentan haber descuidado la importancia de recibir instrucción espiritual. Aunque “el entrenamiento corporal es provechoso para poco”, es vital recordar que “la devoción piadosa es provechosa para todas las cosas”. (1 Timoteo 4:8.) El tener presente el valor limitado del ejercicio físico y el beneficio superlativo de la devoción piadosa te ayudará a tomar decisiones equilibradas relacionadas con las actividades extracurriculares. El principio aplica también a los clubes de tipo académico. Nada puede superar el beneficio de la devoción piadosa. 

El peligro espiritual no se limita al factor del tiempo que consumen las actividades extracurriculares. Piensa también en los peligros morales. ¿Te estarás asociando con amistades sanas que ejerzan buena influencia moral en ti? ¿Cuál será el tema de las conversaciones? ¿Te afectará adversamente la influencia de los compañeros de equipo o de los miembros del club? 

Una cucharada de vinagre, la cual no cambiaría el sabor de un cubo de agua, podría cambiar el sabor de un vaso de agua. Lo mismo puede ser cierto respecto a la influencia que ejercen los estudiantes de reputación dudosa. Aunque su influencia tal vez no se sienta al solo estar con ellos en la misma escuela o en el mismo salón de clases, su influencia se hace sentir más en un equipo atlético o en un club donde la esfera de asociados es limitada y tratas con ellos a nivel social. 

Piensa en Samuel, quien vivió en el Israel de la antigüedad. Tenía el privilegio de servir en el tabernáculo. Los notorios hijos de Elí, el sumo sacerdote, también servían allí. Samuel pudo haberse unido a ellos y haber hecho mal uso del tiempo que disponía después de su servicio. Pero después de mencionar la mala conducta de los hijos de Elí y sus servidores, la Biblia dice: “Y Samuel estaba ministrando delante de Jehová”. Evidentemente Samuel no participaba en las actividades de los hijos de Elí después del trabajo. Eso resultó en que Samuel continuara “creciendo y haciéndose más agradable, tanto desde el punto de vista de Jehová como del de los hombres”. (1 Samuel 2:12-18, 21, 26.) 

 Al igual que Samuel, tú puedes hacer buen uso del tiempo. ¿Qué hay de usar tu tiempo para ayudar a otros espiritualmente? Es interesante que algunos jóvenes entre los testigos de Jehová de Japón empiezan a hacer del ministerio su carrera mientras todavía están en la escuela. Compran tiempo antes y después de las clases para ayudar a otros a conocer al Creador. (Colosenses 4:5.) De seguro no querrás perderte el gozo y las bendiciones que resultan de estas actividades extracurriculares.¡Despertad!, 8 de diciembre de 1986, página 18. 

¿Qué puede decirse de los bailes escolares y, en especial, del baile de fin de curso? Puede que algunas de esas ocasiones estén bien organizadas y supervisadas, de modo que sean relativamente tranquilas. Quizás no se fomente conducta pendenciera, y se controle de inmediato en caso de producirse. Pero tras la atractiva y encantadora fachada de muchos de esos bailes —por no decir de la mayoría—, con frecuencia se esconde un espíritu de desenfreno. Un adolescente dijo a ¡Despertad!: “Hay mucha inmoralidad sexual y excesos en la bebida”. Aunque quizás no se permita oficialmente el consumo de bebidas alcohólicas, puede que en los baños, las escaleras y los aparcamientos haya jóvenes que abusen del alcohol. […]Pero muchas veces los verdaderos problemas surgen después de la fiesta. “Algunos se van a un hotel o a casa de alguien”, dice Tanya. Yolanda añade: “Se espera que te pases ahí toda la noche. Forma parte de la tradición”. Drogas, alcohol y relaciones sexuales pueden ser parte también de la tradición del baile de fin de curso. Sin embargo, al día siguiente, el joven o la joven puede amanecer con remordimientos de conciencia, falta de amor propio y el temor a un embarazo... o a haber contraído sida. ¡Despertad!, 8 de marzo de 1993, páginas 20 y 21.

 2. ¿Con qué tipo de gente me relacionaré? Si sobresales en algún deporte, es posible que tus compañeros y profesores te presionen para que te unas al equipo escolar. Quizá hasta tú mismo desees hacerlo. Un joven cristiano llamado Mark dijo: “Me parecía injusto que mis padres no me dejaran estar en el equipo de la escuela”. En vez de tratar de convencer a tus padres, piensa en todo lo que implicaría unirte al equipo. Por un lado, los entrenamientos y los partidos suelen programarse fuera de horas de clase. Si te va bien, te animarán a que les dediques más tiempo. Y si te va mal, tú mismo querrás entrenar más. Por otro lado, es fácil que uno se haga muy amigo de los miembros del equipo, pues comparte con ellos tanto la alegría de los triunfos como el dolor de las derrotas. Así que pregúntate: “¿Me convendrá dedicar tanto tiempo a algo que podría llevarme a desarrollar una amistad estrecha con quienes no tienen mis mismos valores?” (1 Corintios 15:33). “¿Qué estoy dispuesto a sacrificar solo por jugar en cierto equipo?”. 

3. ¿Cuánto tiempo y dinero tendré que dedicar a este deporte? La Biblia recomienda que nos “asegur[emos] de las cosas más importantes” (Filipenses 1:10). Algo que te ayudará a aplicar este consejo es preguntarte: “¿Me quitará tiempo que debo dedicar a las tareas escolares o a las actividades de la congregación? ¿Cuánto me va a costar en total? ¿Me puedo dar ese lujo?”. Estas preguntas te ayudarán a ordenar tus prioridades. Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (2008), volumen 2, página 265. 

Piensa también con cuidado en los posibles resultados de pasar muchas horas con jóvenes y adultos que no comparten tus puntos de vista sobre la moralidad, el habla y la competencia. La Biblia dice que “las malas compañías echan a perder los hábitos útiles”. (1 Corintios 15:33.) Por ejemplo, fíjate en lo que dijo un artículo de la revista The New York Times: “El vestuario [...] es un lugar donde los hombres hablan del cuerpo de la mujer en términos sexuales muy explícitos, donde presumen de sus experiencias sexuales y bromean acerca de golpear a las mujeres”. ¿Cómo te iría espiritualmente si decidieras estar en un ambiente así? (Compáralo con Santiago 3:18.)¡Despertad!, 22 de marzo de 1996, página 22. 

Por supuesto, es posible que en horas de clase, y como parte del programa de estudios, se provea un poco de entrenamiento deportivo, y por lo general no hay objeción a que un joven cristiano asista a tales clases. Además, las circunstancias varían en diferentes países. Sin embargo, los jóvenes testigos de Jehová suelen evitar la participación en los deportes escolares que no formen parte del programa de estudios. Esto no significa que tú, como joven cristiano, no puedas disfrutar de los deportes. Lo que significa es que posiblemente tengas que tomar ciertas medidas. ¡Despertad!, 22 de junio de 1991, página 16. 

Es cierto que no todas las reuniones para animar al equipo son violentas, como tampoco lo son todas las competiciones deportivas. De todas formas, aun si domina una cierta sobriedad, ¿es apropiado que el cristiano entone cánticos que revelan lealtad fanática, o incluso idólatra, a una escuela o equipo? (Compárese con Éxodo 20:5.) ¿Es compatible el gritar eslóganes provocativos con el consejo de Efesios 4:29, 31? Allí dice: “No proceda de la boca de ustedes ningún dicho corrompido [...]. Que se quiten toda amargura maliciosa y cólera e ira y gritería y habla injuriosa, junto con toda maldad”. ¿Te ayudará a cultivar el fruto del espíritu de Dios, que incluye la “apacibilidad” y el “autodominio”, el que asistas a esas concentraciones tan emocionales? (Gálatas 5:22, 23.) ¿O no fomentará, más bien, un espíritu impío de feroz competición? (Compárese con Filipenses 2:3.)¡Despertad!, 8 de febrero de 1992, página 13.  http://es.scribd.com/doc/100676509/El-lado-comico-de-la-Watchtower-Edicion-21-de-julio-de-2012

Fin de las citas teocráticas

     Por lo tanto, Ana, aquí tienes el fundamento teológico para conocer qué razones tiene el Cuerpo Gobernante para cercenar el desarrollo integral de nuestros jóvenes: sólo nos ven como "vendedores" en potencia de sus productos.  ¡No permitas que le joroben la infancia y juventud a tu hija!  Se puede creer y servir a Dios y participar en un coro escolar..., ¡sin sufrir la condenación eterna!  En cuanto a las compañías, las tienes que seleccionar tú en la vida: en el barrio, la escuela, la empresa...  En todos los sitios se cuecen habas.  Es cuestión de apartar de tu vida a todas aquellas personas que te son tóxicas, que no te transmiten alegría y paz interior.

     Te hablo por experiencia propia: malgasté mi juventud sirviendo a una empresa disfrazada de religión.  ¡Me chafaron la infancia y la juventud!   ¡No permitas que eso lo hagan con tu hija!  Además, no hagas caso a los miembros del Cuerpo Gobernante, son una pandilla de vividores que se escudan en el nombre de Dios.  Su estilo de vida, repleto de comodidades, dista mucho del que nos recomiendan a nosotros..., uno espartano, de privaciones.   Mientras que el apóstol Pablo trabajaba con sus manos para no suponer una carga financiera a otros, los miembros del Cuerpo Gobernante se atrincheran en su poltrona y en los privilegios inherentes al cargo, para vivir de película a costa de nuestro sudor.  ¡No quieren dar un palo al agua!

     La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.  ¿Quién es el padre de la mentira en el nombre de Dios?