Información médica teocrática
El B.O.E. de la confesión religiosa: The Watchtower, 1 de agosto de 1953, página 451
http://johnhenrykurtz.blogspot.com/2009/07/sangre-dinero-e-injusticia.html
http://johnhenrykurtz.blogspot.com/2010/08/quien-redacta-la-respuestas-medicas-de.html
Estimados camaradas víctimas de las verdades caducas de la Voz de Dios en la Tierra:
Nuestro compañero Santiago (yerno del cacique local ágrafo) se luce en una faena impecable y nos pasa este documento a toda la Resistencia Apóstata: el pueblo que olvida su pasado está condenado a repetirlo. ¿Quién os da a leer las verdades caducas del Cuerpo Gobernante? ¿No somos nosotros..., los apóstatas? ¿Os pedimos dinero a cambio? ¿Os pedimos las joyas? ¿Os pedimos ser beneficiarios de vuestro seguro de vida? ¿Os pedimos ser lo herederos de vuestro testamento? ¿Os pedimos vuestras acciones en bolsa? Sí, los apóstatas somo malísimos..., pero no queremos vuestro dinero.
El Topo Ajalvireño, encargado del departamento de traducción apóstata, según se lo permitan sus privilegios de servicio, nos irá traduciendo fielmente este interesantísimo artículo. ¡Va por ustedes!
LA BIBLIA Y LA CIENCIA MÉDICA
Muchas de las personas que profesan el cristianismo se sienten inclinadas a disculparse por lo de anticientífico que pueda tener la Biblia. Pero lejos de que la Biblia sea anticientífica, es más científica que la misma ciencia, mayoritariamente coincidente con la Biblia.
Por ejemplo, la Ley Mosaica declaraba que únicamente los animales que rumiantes y con pezuña podían ser comidos, así mismo también habían regulaciones para la carne de aves y peces. Estudios recientes muestran que el cerdo transmite la triquinosis; el conejo la tularemia; ciertos pescados la teniasis. El alimentarse de sangre fue prohibido por razones religiosas, pero incluso desde un punto de vista sanitario el evitarlo es saludable a causa de los peligros como la septicemia y parásitos. Génesis 9:4; Levítico 3:17; 7:26; 17:10, 11, 14; 19:26; Hechos de los Apóstoles 15:19, 20, 28, 29; 21:25.
Actualmente, los testigos de Jehová creen que esta prohibición incluiría las transfusiones sanguíneas. La ciencia está aprendiendo cada día más sobre los peligros que supone para la salud las transfusiones de sangre. Las transfusiones sanguíneas han transmitido enfermedades tales como: la sífilis, la malaria y, especialmente, la hepatitis. Un informe muestra que un 25% de los heridos graves en la guerra de Corea fueron infectados con la hepatitis debido a las transfusiones sanguíneas. Actualmente, la ciencia está descubriendo sustitutos sanguíneos efectivos que, ni esparcen enfermedades ni violan la Ley de Dios. Además, en muchos casos están resultando ser más efectivos que la sangre completa o el plasma sanguíneo, salvando vidas allí donde la sangre es ineficaz. Además, la sangre de cada persona es diferente, tal como las huellas dactilares. Así, es imposible hallar un tipo de sangre exacta a la nuestra. Las grandes diferencias en el tipo de sangre matan, y de las pequeñas diferencias nadie con autoridad puede decir cuáles son sus efectos adversos.
En relación con esto último, note lo que dice el siguiente informe aparecido en el Sunday Journal de Providence, el 17 de mayo de 1953: "El Ejército, por lo tanto, utilizará dextrán, una sustancia hecha con azúcar en lugar de plasma sanguíneo, en todos los casos requeridos sea a nivel nacional o en el extranjero, tal como se aprendió anoche. Una fuente médica autorizada del Ejército, que solicitó que no se citase su nombre, dijo que un sustituto al plasma sanguíneo se ha puesto en marcha y supone un 'cambio completo', después de unas pruebas 'totalmente convincentes' efectuadas con dextrán en los hospitales de nuestro país y en las zonas de guerra durante los últimos meses. Éste oficial del Ejército dijo que, el factor principal para el cambio por el dextrán era que el uso del plasma sanguíneo comportaba un 'riesgo muy alto' de transmitir la hepatitis --una ictericia enfermiza. No todo el plasma porta esa riesgo, enfatizó la fuente, pero él añadió que el dextrán está completamente libre de ese riesgo. "Hemos empezado a realizar todos nuestros pedidos de dextrán en lugar del plasma sanguíneo, tanto para usar aquí en nuestro país como para los distintos teatros de operaciones en el exterior".
Ciertamente Jehová sabía lo que estaba haciendo cuando prohibió el uso de la sangre, y el aumento en el campo de la investigación lo vindica a Él más y más.Fin de la traducción.
Este artículo de la confesión religiosa es importante en tanto en cuanto ilustra cuál es la opinión que tiene el testigo de Jehová medio sobre las transfusiones sanguíneas y sus múltiples peligros. Si uno tiene la oportunidad de conversar con un testigo de Jehová y la pregunta el porqué no aceptan transfusiones sanguíneas, primero nos contestará con un escueto "porque la Biblia lo prohíbe" y, después, largamente, nos enumerará no sé cuántas enfermedades y problemas derivados del uso de la sangre como medicina. ¿Cómo puede hablar una persona --en muchos casos (sobre todo en personas mayores) con una educación académica inexistente-- sobre enfermedades cuyo nombre ya es difícil pronunciar?
Es evidente que, la posición unánime que mantienen los miembros de esta confesión religiosa sobre el no aceptar transfusiones sanguíneas no es el resultado de la casualidad. Es el resultado de muchos años de adoctrinamiento y de recibir una información pseudomédica sesgada y parcial por parte de una confesión religiosa que se autoproclama el canal de comunicación de Dios con la humanidad. La información médica es sesgada en tanto en cuanto se limita a los posibles problemas derivados de un tratamiento médico vital, olvidando u omitiendo todos los beneficios que se han derivado del uso de la sangre como medicina.
Si uno básicamente lee lo que procede de su confesión religiosa y, esta se concentra en detallarnos todos los problemas que han habido en operaciones quirúrgicas y el uso de la anestesia, sin mencionarnos los beneficios..., ¡seguramente no querrá operarse! Sí, además, añadimos la coerción que se ejerce en los miembros de la confesión para que no acepten las transfusiones sanguíneas: con la amenaza de que tus familiares y amigos dejarán de hablarte y de saludarte..., ¡se entiende perfectamente los riesgos que asumen los miembros de esta confesión religiosa!
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