Tribunal Supremo de los EE. UU. |
Estimados camaradas abducidos por los teólogos de pacotilla:
El Espíritu Santo está contristado con el Cuerpo Gobernante y le ha dicho que nones. Los lamentos teocráticos watchtowerianos pretendiendo ampararse en la Primera Enmienda, han sido desestimados el pasado día siete por el Tribunal Supremo de los EE. UU. La estrategia trilera "cara, yo gano, cruz, tú pierdes", no ha colado. Ni siquiera en el nombre de la sacrosanta libertad religiosa es posible conseguir una patente de corso que te permita operar fuera de la ley.
El pasado 16 de septiembre de 2019, desde este insigne blog apóstata, me hice eco de las razones que expuso el despacho de abogados Zalkin para que el Tribunal Supremo desestimase la apelación de la organización religiosa. El Altísimo ha escuchado las plegarias sinceras de los apóstatas recalcitrantes y ha movido los hilos para que el cuerpo eclesiástico de los testigos de Jehová no obtenga la inmunidad que buscaba con un anhelo agonizante. ¿Detrás de todo? Salvar el divino dinero de las obligadas indemnizaciones a las víctimas de los abusos sexuales, la imagen pública de la confesión religiosa y una más que posible responsabilidad penal de los máximos gerifaltes teocráticos que dictan las directivas mundiales en materia de protocolos ante los abusos sexuales a menores en el ámbito de la entidad religiosa.
Ante el Tribunal Supremo, durante la primera mitad del siglo XX, los testigos de Jehová se habían ganado una fama como luchadores por las derechos civiles... fama que acaban de dilapidar intentando que dicho Tribunal les apoye en su política con respecto a los abusos sexuales a menores. Una política que me atrevería --como Zalkin-- a calificar de escandalosamente obstruccionista.
Sin ser un lumbrera en Derecho, tengo mi opinión sobre el trasfondo de este movimiento in extremis por parte de la sociedad religiosa. A nivel estadounidense e internacional, la confesión religiosa se encuentra judicialmente acorralada y sin salida con este problema de los abusos sexuales a menores. Siente en la nuca el aliento de la justicia secular. Especialmente en los EE. UU., donde las indemnizaciones a las víctimas pueden ser multimillonarias. Por lo tanto, con esta apelación, han intentado blindar sus archivos para que ningún tribunal pueda exigirles dicha documentación ya que, posiblemente, la confesión religiosa sea la única institución a nivel mundial que tiene archivados todos y cada uno de los casos, con nombres y apellidos de víctimas y agresores.
De modo que, la decisión de desestimar la apelación, supone una buenísima noticia para las víctimas y una malísima para la Watchtower. Ahora toca apechugar: indemnizar a las víctimas extrajudicialmente o esperar a la sentencia para pagar más. Los tribunales van a seguir requiriéndole documentación a la confesión religiosa y no podrá ampararse en un etéreo y esotérico derecho de confesión a la watchtoweriana. Y lo mejor de todo está por llegar: la demanda contra el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová. Tengo ganas de ver a los apesebrados mandamases respondiendo preguntas ante un tribunal de verdad y asumiendo responsabilidades. Se acabó lo de tirar la piedra y esconder la mano en el nombre de Dios. Hay que dar la cara. Antes del Juicio Divino, tienen pendiente otro juicio, esta vez secular. Se terminó la bicoca.
"Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres", que traducido significa: donde las dan, las toman. Hay que tener arrestos, de verdad. Nada de boquilla. El zarandeo de Gog de Magog está aquí, con toga. Mucho Macallan hará falta para ahogar las penas teocráticas.
Lo documentamos todo, todo y todo. ¿Quién es el padre de la mentira y de los timos teocráticos?