Estimados camaradas penitentes de la cofradía watchtoweriana:
Hoy, Viernes Santo en nuestra querida España, nuestro comando Ka 007, resurgiendo de las cenizas cual ave fénix, nos manda su crónica para The Ajalvir News. Últimamente, la frecuencia de publicación no es que sea nuestro fuerte, pero cumple su misión de revelar la verdad a medida que nos acercamos aceleradamente al tiempo de fin de todos los fines mundiales watchtowerianos. Siempre acechando como la espada de Damocles sobre nuestras cabezas. Con el miedo en el cuerpo. La víctima, previsora, conociendo a su Manolico, dado a atizarla cual saco de boxeo, fin de semana sí y el otro también... había guardado todos los cuchillos que había en la habitación y cámara de torturas varias.
"Corría el año 1982, el Centro de la Adoración Pura en España (Ajalvir), estaba en pleno proceso de construcción, aquello era un hormiguero de gente. Me recordaba mis años en la Legión Extranjera Francesa: espíritu de camaradería, espíritu de sacrificio, el dar TODO por los compañeros... ¡qué tiempos! Nosotros, lejos de la cúspide del poder --el todopoderoso Comité de Construcción Ajalvireño-- estábamos en el "frente" cavando las trincheras, mientras los Grandes de España de invitación en invitación, de cena en cena. Con un concepto del espíritu de sacrificio distinto del nuestro. Allí estaban ellos, paseándose por la obra en construcción, con sus americanas y corbatas, con su casco blanco --cual de si arquitectos superiores se tratase--, y blanco como el casco su currículum académico. ¡Ironías de la vida! Se repite aquello del Proverbio: "He visto príncipes a pie y siervos a caballo". Es uno de los logros mayores de la Sociedad Watch Tower, poner a unos indocumentados al frente de grandes proyectos pero... con el dinero de los publicadores para enmendar los errores repetidos de éstos neocaciques ajalvireños.
Era una mañana de domingo, estábamos alojados en la nave 4, la más grande de todas en el edificio estrella. En aquella nave en construcción vivíamos los trabajadores, algunos en la planta baja a ambos lados de la nave y, otros, vivíamos en los altillos, unas habitaciones en un primer piso. Salíamos de nuestra habitación de los altillos y vimos que la hermana Esperanza, bajaba las escaleras del altillo de enfrente apoyada en los brazos de Magdalena Botella y la esposa de Peter Cotter. Daba la sensación de que había sufrido un desfallecimiento, parecía que le fallaban las fuerzas para mantenerse erguida. En principio pensé que se encontraba mal, quizá algo mareada y la sacaban a tomar algo de aire. Estaba atendida y nos dirigimos al comedor en la nave 3 para desayunar. Una vez que entré y me senté a la mesa... el mallorquín Higinio entró con la cara desencajada y los ojos fuera de las órbitas y gritó: "¡A Esperanza la ha apuñalado su esposo Manolo!". Nos quedamos estupefactos, no nos lo podíamos creer, ¡en el Centro de la Adoración Pura en España, violencia sexista con ensañamiento y en mayúsculas! Y continuó Higinio, "hay que ir a buscarle...". Salimos todos del comedor a merodear a ver si localizábamos a Manolo el "Tijeras", unos con palos y otros preparados para poner pies en polvorosa si se aparecía el yudoca. Pero al poco, ya algunos dijeron que el criminal había huido en su Citroën 2CV de color azul celeste que, arteramente, había aparcado en una propiedad contigua a la de Betel. Huyó campo a través en su huida precipitada con el fin de que nadie le pudiera impedir el paso cruzándosele en el camino.
Esperanza y Manolo eran un matrimonio ejemplar, de Madrid. Trabajan en el Proyecto Betel como parte de la familia de trabajadores. Esperanza estaba empleada en limpieza y Manolo era la mano derecha de Andrés Botella en el departamento de Tesorería --donde estaban los dineros--. Esta pareja feliz tenía un piso de su propiedad en los alrededores de Madrid y pasaban los fines de semana en éste. Manolo había sido yudoca en su juventud, de 1'6o de estatura y complexión atlética, pelirrojo, era un tipo muy simpático y amable con todos nosotros, ¡quién lo diría después! Como Andrés Botella era parte del Comité de Construcción, estaba siempre muy ocupado y Manolo muchas veces tenía que recoger las contribuciones en metálico en la más absoluta de las soledades. En aquellos tiempos había una única caja para este menester en el vestíbulo de Betel (nave 3), la fe era grande en la piel de toro, y muchas personas donaron gran cantidad de dinero y muchas... pero que muchas joyas de la familia. En fin, que Manolo tenía acceso a mucho, pero que mucho dinero. Lo extraño en un principio, después tendría una respuesta. El tiempo todo lo revela. Esperanza, casualmente, los lunes, cuando venía del fin de semana en su piso traía diferentes hematomas (moratones) en distintos lugares del cuerpo, unas veces en partes visibles y otras ocultas a las miradas indiscretas. Cuando alguien le preguntaba cómo se había hecho el cardenal ella respondía: "Me he dado un golpe", o "me he caído". Después se sabría que Manolo le propinaba unas palizas tremendas, con amenazas. de: "Si cuentas algo de esto a alguien... te mato". Sí, Manolo el simpático tenía doble personalidad, el Tijeras era una especie de Dr. Jekill y Mr. Hyde. En Betel era poco menos que un santo, en su piso de Madrid, un auténtico depredador de mujeres indefensas. Pero la historia continua...
Aquella mañana fatídica, mientras: los obreros ibéricos, los comunitarios y los extracomunitarios sin papeles y los Grandes de España (léase los miembros del Comité de Construcción: también sin papeles, sin papeles de estudios, ¡claro!) nos desperezábamos del merecido reposo del guerrero, la tragedia se cernía sobre Esperanza en el altillo de la nave 4, donde estaba ubicada la habitación de Manolo y Esperanza... el lugar del crimen.
¿Cómo y por qué tuvo lugar el crimen? El porqué fue que Esperanza se armó de valor y cantó a Andrés Botella quién era su marido el Manolico y lo que éste hacia cuando no estaba en Betel. Manolo "El Tijeras", no solo propinaba buenas palizas a su esposa, también se apropiaba del dinerico que echábamos los ibéricos e ibéricas en la alcancía de Betel. Una vez transcurrido el horroroso suceso, se encontraron una bandas amarillas de papel con las que se envolvían los fajos de billetes en Betel. Estas bandas se encontraron en su piso de Madrid. Por supuesto, todo esto era secreto y la mayoría de los miembros de la familia nunca lo supieron... los caciques lo querían tener todo bien tapado, para que no trascendiera.
Entonces, la mañana del crimen, Andrés Botella le dice al "Tijeras", que lo sabe todo, que se lo ha contado todo Esperanza. Ella ya no pudo permanecer más tiempo callada, a pesar de la amenaza de muerte. Pero, "El Tijeras", era tan listo como pelirrojo y tenía urdido un plan de ataque y fuga --en plan comando--. Y le pide a Andrés Botella lo siguiente: "Andrés, por favor, quiero hablar con mi mujer por última vez, me he portado mal y quiero pedirle perdón antes de irme". Esperanza decía como poseída: "¡No me dejéis sola con él... que me quiere matar!", lo repetía sin cesar. Finalmente, Andrés, pensó que nada podría ocurrir ya que habían retirado todos los cuchillos de la habitación y estaban allí para acudir en la ayuda de Esperanza en un momento dado. Allí estaban John y Evelyn Greendwood, la esposa de Peter Cotter, Magdalena Botella y Andrés mismo (no recuerdo si había alguien más). Esperanza, entró en la habitación con Manolico, el resto de los acompañantes se quedaron fuera, por si Esperanza necesitaba ayuda.
De repente, Esperanza se pone a gritar como una loca: "¡Que me mata... que me mata... que me está matando!", y el cínico de Manolo, respondía con la voz en calma: "¡Tranquila Esperanza, que sólo quiero hablar contigo, no te pongas nerviosa!". Los que estaban fuera de la habitación no sabían lo que hacer, Esperanza seguía gritando como una loca, los de afuera se miraban unos a otros pero nadie se atrevía a entrar. Finalmente, Evelyn le dio un tremendo empujón a John, su marido... y éste entró en tropel en la habitación abriendo la puerta de un golpe y se encontró el panorama... Manolo con unas tijeras largas de costura en su mano estaba asestándole puñaladas a la pobre de Esperanza. Le asestó hasta 13 puñaladas. El asesino en grado de tentativa, al verse sorprendido, no tentó más a la suerte y antes de que lo demás pudieran reaccionar, salió disparado como un cohete hacia el exterior en busca de su vehículo, logrando su objetivo, afortunadamente en cierto sentido, podría haber arremetido a alguien más en su desesperación.
Aquello conmocionó a la familia ajalvireña en el sede nacional ajalvireña. La consigna, que partió de la altas esferas era: mantener silencio absoluto de lo ocurrido... ¿qué podrían pensar los hermanos de España, si se enteraban de esto, en aquel momento tan trascendente económicamente hablando? Si no recuerdo mal, Andrés Botella se llevó a la malherida al hospital y no sé qué explicaciones daría allí. La buena noticia: Esperanza sobrevivió al brutal ataque de "el Tijeras". Los hermanos de Esperanza, fueron en busca del pelirrojo, aunque no sabían yudo sí tenían unas escopetas de caza y amenazaron al Manolico, advirtiéndole: "Como vayas por la calle, te encuentres a nuestra hermana y le dirijas la palabra, te matamos, no vamos de farol". El yudoka tomó nota de la advertencia, pues, posteriormente, en una visita de Esperanza a Betel, nos contó que se había encontrado de frente con Manolo por la calle y que éste bajó la cabeza y no le dijo nada.
Así fue la historia y así la hemos contado. ¿Por qué no apareció esta experiencia nunca en una asamblea de distrito? Eso, deberéis de preguntárselo a los del Comité Cardenalicio Ajalvireño. Pero, una vez más fue cierto el dicho: "En todos los lugares cuecen habas, y en mi casa a caldeiradas". ¡Menos orgullo y menos engreimiento despreciando a los que no son testigos de Jehová, tildándoles como: "los del mundo"! Aquí han sucedido muchas cosas, y siguen sucediendo, lo que pasa es que se tapa todo. Condición indispensable para que la peña de feligreses ibéricos se forme un idea idílica de lo que es Betel y siga aportando con ardor el dinero necesario para que nos peguemos la vida que nos pegamos aquí en Ajalvir. ¡Cuántos pardillos integrales, cuando están visitando Betel, exclaman: "¡Vosotros ya estáis viviendo en el Paraíso espiritual y terrenal!"...¡si supiesen de la misa la mitad!.
Esto es alimento al tiempo apropiado, esto es la verdad, ¿quién esconde la verdad? ¿Quién es el padre de la mentira? Que cada cual se conteste a sí mismo.
Este mes tenemos la campaña de informar sobre la sangre a las autoridades competentes en España... ¡colaboremos aportando la documentación que encontraréis en el Centro de Documentación Permanente sobre la Sangre y los Testigos de Jehová! Todo el mundo debe saber, todo el mundo debe conocer los hechos... no las verdades a medias y la mentira descarada con el fin de salvar el patrimonio económico de una empresa religioso/inmobiliaria.
Con vosotros, por vosotros, siempre al lado de la verdad... la verdad de la buena.
NOTA:
Con fecha de 26 de diciembre de 2010, nuestro amado hermano y apóstata Tejota, al que me gusta llamar Orfebre de la Palabra, compuso esta elegía a Manolo el Tijeras: