Estimados camaradas ibéricos y allende los mares:
El caso Ashya King parece que acaba bien: el Reino Unido retira los cargos contra los padres por el delito de sacarlo del hospital y del país sin el correspondiente permiso. Supongo que será cuestión de horas el que los padres puedan reunirse con su hijo. No obstante, no podemos olvidar la repercusión mundial de la noticia... ¡ha salido en todos los telediarios! Esto ha polarizado a la opinión pública: defensores y detractores.
En estas afortunadas horas, muchos se apuntan al caballo ganador e intentan hacer leña del árbol caído..., ¡como presumiendo de poderes extraordinaros al vislumbrar los detalles que con las últimas horas vamos conociendo! Ahora, es muy fácil acusar a los medios de comunicación de "alarmismo" o "sensacionalismo" por vincular esta huida con la confesión religiosa de los testigos de Jehová..., religión de la que son miembros los padres y un servidor.
Pero, ¿no tenían algún fundamento las sospechas de muchos --entre los que se encuentra un servidor-- sobre la vinculación de la huida con las convicciones religiosas de los padres? ¿Era un despropósito?... ¿Estaba libre de culpa la entidad religiosa con su dilatado historial de conflictos sanitarios y jurídicos por su oposición frontal a ciertos tratamientos médicos que tienen que ver con el uso de la sangre?
Una de las dos revistas oficiales de la entidad religiosa, la ¡Despertad! de 22 de mayo de 1994, páginas 3-15, empezaba con la siguiente declaración:
Jóvenes que pusieron a Dios en primer lugar
"En el pasado, miles de jóvenes murieron por poner a Dios en primer lugar. En nuestros días la historia se repite, solo que ahora tiene como escenarios los hospitales y los tribunales, y como desencadenante, la cuestión de las transfusiones de sangre".
Después, no podemos olvidar la política de la entidad religiosa en los casos donde existe un conflicto entre la praxis médica y las doctrinas religiosas en perpetua metamorfosis. Por ejemplo, en el buque insignia de sus publicaciones religiosas, en la revista La Atalaya 15 de junio de 1991 página 31, marcaba a todos sus miembros la siguiente directriz la entidad religiosa:
¿Cuánto debe resistir el cristiano una transfusión de sangre que haya ordenado o autorizado un tribunal?
[...] Romanos 13:1-7 considera la relación de los cristianos con “las autoridades superiores” gubernamentales. Estos gobiernos tienen autoridad para promulgar leyes o dar directrices que normalmente promueven el bienestar general de la gente. Y los gobiernos ‘llevan la espada’ para hacer cumplir sus leyes y ‘para expresar ira sobre los que practican lo que es malo según sus leyes’. Puesto que los cristianos están en sujeción a las autoridades superiores, desean obedecer las leyes y los decretos judiciales; pero esta sujeción tiene que ser relativa. Si al cristiano se le pide que se someta a algo que viole la ley superior que pertenece a Dios, la ley divina vendría primero; tiene prioridad.
Algunas leyes modernas que son fundamentalmente buenas pudieran aplicarse mal con el objetivo de autorizar el que se administre por la fuerza una transfusión de sangre a un cristiano. En este caso, los cristianos deben adoptar la misma actitud del apóstol Pedro: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres”. (Hechos 5:29.)
[...] De manera similar, la jovencita de 12 años de quien se cita en la misma página no dejó ninguna duda de que ‘lucharía con todas sus fuerzas contra cualquier transfusión que el tribunal autorizara, de que gritaría y resistiría, de que se sacaría la aguja que le pusieran en el brazo y de que trataría de destruir la bolsa de sangre que pusieran sobre la cama’. Estaba firmemente resuelta a obedecer la ley divina.
Jesús huyó del lugar donde estaba cuando una muchedumbre quiso hacerlo rey. De igual modo, si parece que un tribunal va a autorizar el uso de transfusiones, el cristiano pudiera optar por no estar presente para tal violación de la ley de Dios. (Mateo 10:16; Juan 6:15.) Al mismo tiempo, sería sabio que el cristiano procurara otro tratamiento médico, lo cual indicaría que en verdad quiere conservarse vivo y recuperar por completo la salud.
Puede que las autoridades consideren violador de la ley al cristiano o dictaminen que debe ser enjuiciado por oponerse con tanta tenacidad a violar la ley de Dios sobre la sangre. Si fuera castigado, el cristiano pudiera considerar eso como sufrir por causa de la justicia. (Compárese con 1 Pedro 2:18-20.) Pero en la mayoría de los casos los cristianos han podido evitar las transfusiones y, con atención médica competente, se han recuperado, de modo que no ha habido más problemas legales. Y lo más importante es que se han mantenido íntegros a su Dador de Vida y Juez divino. La Atalaya, 15 de junio de 1991, página 31.
En este último artículo publicado por la entidad religiosa, ¿a qué insta a sus miembros en caso de conflicto entre un tratamiento médico y las creencias religiosas? A resistirse con todas sus fuerzas y a huir, a fugarse o escaparse del recinto hospitalario... sin importarle las consecuencias legales. Y es que para el testigo de Jehová no hay ninguna ley superior a lo que teocráticamente dicta su Cuerpo Gobernante. Las leyes seglares están en un plano secundario.
Pero, por si esto fuera poco. En la revista ¡Despertad! 22 de febrero de 1981, páginas 21-25, se eleva a los altares de la heroicidad teocrática a un matrimonio que se hicieron prófugos de la justicia "mundana" por obedecer la ley de Dios según la interpreta el Cuerpo Goberante: huyendo para que su hija no recibiese un tratamiento médico que implicaba el uso de transfusiones sanguíneas. Dice así en parte:
Una ‘pequeña fugitiva’ escapa de un tratamiento no deseado
[... ] Los padres de la niña, que son testigos de Jehová, se habían opuesto al tratamiento elegido por el médico porque la terapia sanguínea viola el mandato de Dios de ‘abstenerse de la sangre.’
[...] Los padres de Amy, ejerciendo los derechos que tienen como padres, se la llevaron para evitar que se le diera a la fuerza el tratamiento no deseado. [...] De vérseles en público, Amy sería arrebatada de bajo su cuidado y sería entregada a los que estaban resueltos a darle una transfusión por fuerza. Sin siquiera celebrar una audiencia, un juez del tribunal familiar emitió a la policía y a la Sociedad para el Auxilio de la Infancia una orden para la captura de Amy.
[...] La autorización para la captura de Amy se comunicó a través de Canadá y a puntos a lo largo de la frontera estadounidense. Los periódicos decían que la policía del estado de Nueva York estaba participando en la “Apremiante búsqueda de la pequeña ocultada.”
[...] "Pacientes y padres tienen el absoluto derecho a aceptar o rechazar el tratamiento que se les ofrezca. Ningún médico puede estar seguro de que una persona morirá si no recibe una transfusión, o de si vivirá si la recibe...". ¡Despertad! 22 de febrero de 1981, páginas 21-25.
El 28 de septiembre de 2009, el periodista Tom Blackwell del National Post, hacía mención al relato de un testigo presencial. Escribió lo siguiente:
El niño solo tenía cinco años y estaba gravemente enfermo, se agachó y escondió en el asiento trasero del vehículo de Donna Ryder, convirtiéndose más en un fugitivo que en el enfermo de cáncer que era.
La policía de New Brunswick estaba buscando al niño cuando, según la Sra. Ryder, ella escondió tanto a la madre como a su hijo en su vehículo Dodge Omni y los trasladó a Fredericton, lejos del alcance de los funcionarios de Protección a la Infancia que pretendían administrar a la fuerza transfusiones de sangre a este niño, hijo de testigos de Jehová.
Responsables de la confesión religiosa tomaron el control de la situación, llevándose al niño a su sucursal canadiense --declara ella--. Tanto el paciente como su familia al final acabaron en México para recibir un tratamiento alternativo compatible con la controvertida doctrina de esta secta religiosa --que exige su riguroso cumplimiento-- de prohibir la aceptación de sangre. El niño murió poco después.
Este fue un suceso particularmente dramático, pero la Sra. Ryder alega que la confesión religiosa transporta regularmente a los niños enfermos lejos de las autoridades sanitarias --que posiblemente les obligaría a aceptar transfusiones sanguíneas-- antes de que estos casos pudieran tener gran repercusión mediática en sonadas batallas judiciales.
Los testigos de Jehová están vigilando las habitaciones hospitalarias donde están los niños las 24 horas, en las mayoría de las ocasiones para ofrecer apoyo y, algunas veces, para trasladar rápidamente al enfermo cuando se huelen que se le va a administrar una transfusión de sangre forzosa --les imputa la Sra. Ryder--, quien colaboró con los testigos de Jehová en aspectos legales durante muchos años antes de abandonar la confesión religiosa. [...]
Otro ex testigo de Jehová quien era pasante de abogado de la confesión religiosa en los años noventa, confirmó la certeza de las declaraciones de la Sra. Ryder, indicando que él recuerda cuatro casos --por lo menos-- en los que los testigos de Jehová trasladaron de provincia o de país a niños enfermos con el fin de evadir los intentos de las autoridades responsables de la protección a la infancia de conseguir la patria potestad de los niños para poder administrarles transfusiones sanguíneas. [...]
Barbara Anderson, quien trabajó en la Central Mundial de esta religión, en Brooklyn (Nueva York), en los años noventa, dice que ella también había oído de intentos organizados para trasladar a niños enfermos con el fin de evitar que se les administrase transfusiones sanguíneas obligatoriamente, aunque cree que esto es menos frecuente en la actualidad. [...]
http://njnnetwork.com/2009/09/wife-of-jw-lawyer-helped-move-children-from-the-law-and-medical-treatment/
http://life.nationalpost.com/2009/09/28/tom-blackwell-a-witness-account/
http://johnhenrykurtz.blogspot.com.es/2009/09/es-responsable-el-cuerpo-gobernante-de.html
http://johnhenrykurtz.blogspot.com.es/2011_12_11_archive.html
Con todo lo documentado anteriormente, era fácil pensar --con los primeros datos que se difundían con las noticias-- en la posibilidad de que los padres de Ashya King hubiesen huido por evitar parte del tratamiento que pudiera haber implicado transfusiones de sangre y que su oposición a las sesiones de radio y quimioterapia hubiesen servido a manera de "excusa". ¿Por qué digo esto? Porque los testigos de Jehová no tienen ninguna directriz contra la quimioterapia o radioterapia, por lo que no tienen ningún problema de conciencia en aceptarlas. Sin embargo, parece que en esta ocasión los hechos no han acompañado a nuestras intuiciones: los padres buscaban un tratamiento menos agresivo como lo es la terapia protónica. En este caso, desgraciadamente se han mezclado las creencias religiosas de los testigos de Jehová en materia médica con los deseos legítimos de estos padres...
http://www.mdanderson.es/el-cancer/tratar-el-cancer/terapia-protonica
Tampoco era fácil deducir que la Interpol emitía una orden internacional de captura cuando la única razón era el deseo de los padres de cambiar a la terapia protónica para su hijo. Además, para más inri, el parte emitido por el hospital de Southampton General Hospital donde se atendía al niño en el Reino Unido, decía:
"Durante toda la estancia hospitalaria de Ashya, tuvimos conversaciones sobre los diferentes tratamientos posibles para él y ofrecimos a la familia la posibilidad de obtener una segunda opinión médica así como ayuda para organizar su tratamiento en el extranjero".
http://www.bbc.com/news/uk-england-29003431
Parece que en el Reino Unido solo tienen terapia de protones para tratar los problemas oculares. No obstante, en según qué casos, se deriva a los pacientes al extranjero para recibir la terapia protónica a costa del sistema sanitario del Reino Unido.
Según la abcnews, los médicos ingleses le dijeron al padre que la terapia protónica no es la adecuada para el tipo de tumor que tiene Ashya (un meduloblastoma alojado en el cerebelo). Pero, el padre opinaba lo contrario. El Instituto Nacional del Cáncer estadounidense considera que la terapia protónica "está en estudio" para el tipo de tumor que padece Ashya. Como el padre no estaba de acuerdo con el tratamiento que proponían los médicos, éstos le "amenazaron" con solicitar una orden judicial. Llegado a este punto, el padre optó por llevarse a su hijo, vender su casa en España para costearse él mismo la terapia protónica en el Proton Therapy Center, en Praga. Además, el bioeticista de la Universidad de Nueva York, Arthur Clapan, dice que no hay disponible mucha evidencia de que la terapia protónica funcione con un tumor como el de Ashya, pero que si la familia encuentra un hospital para tratar a Ashya, tienen todo el derecho del mundo para hacerlo.
También, el Ministro de Sanidad británico, Jeremy Hunt, hizo una declaración institucional:
"El sistema sanitario británico tiene fondos para que los niños que lo necesiten reciban la terapia protónica. No es siempre lo adecuado, no es siempre lo seguro. Pero, estamos organizando que uno de nuestros mejores oncólogos viaje a España, si lo desea la familia, para aconsejar a la familia cuál es el mejor tratamiento para Ashya".
https://www.gov.uk/government/news/statement-on-ashya-king?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=government-response-statement-on-ashya-king-2
Finalmente, el director del hospital inglés, el Dr. Michael Marsh, dijo:
"Sentimos mucho que la comunicación y relación con la familia King se hayan roto de esta manera y que por la razones que sean ellos hayan perdido la confianza en nosotros". Además, Marsh, añadió que el hospital trató lo de la terapia protónica con la familia pero que concluyó que no había evidencia de que esto funcionara en el caso de Ashya. Sin embargo, a día de hoy, se ofrecen para ayudar en el traslado de Ashya a la clínica de Praga.
http://abcnews.go.com/Health/ashya-king-case-parents-arrested-override-doctors-treatment/story?id=25207521
http://www.newscientist.com/article/dn26131-boost-for-cancer-therapy-sought-by-ashya-kings-family.html#.VAa6nvl_ve8
Por mi parte, alegrarme del resultado final: los padres consiguen una terapia menos agresiva para tratar el tumor de su hijo... Cualquiera que sea padre, puede intentar ponerse en su lugar y entender el calvario que están pasando. En todo caso, ha sido una pesadilla pero con final feliz... dentro de la gravedad del niño.
¿Quién es el padre de la mentira?