Nízam: el Ojo que todo lo ve |
Circular interna: Libertad bíblica para casarse |
http://www.extj.com/showthread.php?18874-Comienza-la-estrategia-2-Cartas-de-presentacin
Estimados camaradas sufridores impenitentes de las directrices watchtowerianas:
Nuestro inestimable hermano en la fe, Nízam, hace unos días que colgó unas cartas en el foro sin parangón de nuestros David y Mary Fuentes. Él, alimenta a la casa de la fe suministrando la documentación pertinente para que los que albergan la duda permanente de Santo Tomás y para que los diferentes agentes Watch que vienen a este blog con la intención de intoxicar y, ¡pobrecillos!, no lo consiguen. Gracias, Nízam, por tu mimetismo teocrático.
La confesión religiosa sigue con sus protocolos: protocolos internos que el pardillo integral ibérico nunca puede leer..., ¡sólo para los ojos de los ancianos --pastores religiosos locales--! El secretismo es la base del sistema judicial de la entidad religiosa: el reo no tiene derecho a conocer las normas por las que se rigen los Comités Judiciales de las comunidades locales de los testigos de Jehová. Tanto es así, que la confesión religiosa en un alarde de originalidad; las normas que rigen su sistema judicial las han reunido en un libro al que han puesto el copyright..., ¡para que nadie pueda difundirlo! Es un libro que tampoco puedes comprar, ni consultar..., imposible de poder leerlo. ¿Es esto normal en una confesión que goza del estatus del notorio arraigo en España? ¿Qué esconden?
La carta de hoy, es un añadido al libro en cuestión. Por este motivo, lo vamos a diseccionar apropiada y teocráticamente. ¡Va por ustedes!
Es una carta dirigida: a los cuerpos de ancianos. ¿Sobre qué tema trata? Libertad bíblica para volver a casarse. Que traducido sería así: según el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová, ¿cuándo puedo volver a casarme? En fin, es una carta dirigida a los ancianos fechada el 12 de febrero de 2011..., ¡está calentita!
Las directrices de la carta no aparecen en el libro Pastoreen, por eso, los ancianos de la congregación deberán hacer las anotaciones oportunas --de su puño y letra-- en los márgenes del libro secreto. En el capítulo 12, párrafos de 4 a 17. Esta carta sustituye a la fechada el 15 de julio de 1988. La carta anterior deberá ser retirada del archivo permanente de cartas sobre procedimientos (judiciales) y destruirla.
¿Con qué intención se destruye todo archivo con instrucciones judiciales, de modo que nunca más se pueda consultar..., o mostrar? Está claro, no quieren dejar constancia escrita de modo que un anciano, en un momento determinado pueda presentarla en un juicio ante la justicia española como evidencia de que él estaba siguiendo a pie juntillas las directrices de la confesión religiosa. Toda la responsabilidad recae en al anciano cándido, al no tener él evidencia escrita que mostrar sobre el porqué juzgó un crimen de una manera determinada en el pasado. Yo, si fuese anciano, nunca destruiría un documento que puede cubrirme a mí las espaldas.
Cómo establecer la libertad bíblica para volver a casarse. Que traducido al román paladino, significa: las directrices de obligado cumplimiento que da el Cuerpo Gobernante para que un testigo de Jehová pueda volver a casarse con el beneplácito y sin represalias por parte de la confesión religiosa.
Es responsabilidad de cada persona proporcionar pruebas convincentes que establezcan su libertad bíblica para volver a casarse. La persona, no los ancianos, tiene la obligación de conseguir dichas pruebas. Por ejemplo, si tú al llegar cada tarde a casa después de trabajar, te encuentras a tu cónyuge metido en la cama con otra persona, tu testimonio sólo no vale para la congregación y no estás libre para casarte. No importante que te encuentres a tu cónyuge en la cama con otro, una o mil veces. La confesión religiosa exige que hayan dos testigos presenciales de tal hecho. ¿No hay dos testigos presenciales? ¡No te puedes volver a casar! Esa es la justicia teocrática, por absurda o injusta que pueda parecer. Dos testigos oculares deben pillar a los adúlteros in fraganti.
Otro ejemplo: mi cónyuge abandona el hogar y yo sé que se ha ido a vivir a otro municipio con una gachí --me lo ha dicho en la cara--, pero los ancianos de la congregación no tienen los dos testigos presenciales que atestigüen eso, ¡de nada vale que lo diga el cónyuge inocente! No está libre para casarse, y si se casa, para la confesión religiosa está cometiendo adulterio y sería expulsada: los amigos y familiares le harían el vacío por orden de la confesión religiosa.
¿Una salida deshonrosa para el cónyuge inocente? Admitir delante de los ancianos que ha cometido fornicación. Es una salida chunga, ¡pero una salida al fin y al cabo! Es una de las pocas maneras viables de poder rehacer tu vida dentro de la confesión religiosa..., ¡por que si tienes que esperar a tener dos testigos presenciales del adulterio de tu cónyuge..., lo tienes claro!
¿Qué pasa si los ancianos de la congregación tienen dudas y no saben cómo tratar un caso específico? Pues nada, a seguir el procedimiento habitual: Si tenéis cualquier duda, deberéis consultar con la sucursal. O sea, habrá que escribir a la sede nacional de los testigos de Jehová en España, y es ahí donde decidirán cuál es la voluntad de Dios y si estás libre para casarte a pesar de ser cornuda.
En vista de lo anterior, todos los ancianos deben hacer la siguiente anotación al lado del párrafo 9 del capítulo 12 del libro Pastoreen: "Véase la carta del 12 de febrero de 2011 a los cuerpos de ancianos". El modus operandi, anotaciones a mano en el libro secreto con una referencia encriptada --para la persona ajena a la confesión-- a una carta que sólo está en poder de los ancianos y ningún testigo de Jehová puede leer ni consultar. ¡Así de transparente es el sistema judicial de la confesión religiosa del notorio arraigo y olé. http://www.heroturko.org/2/2010-ks10-S-pdf/ http://www.heroturko.org/2/2010-ks10-E-pdf/Para acabar, nuestro entrañable Tejota nos deleita con uno de sus poemas. Gracias, camarada:
Ponga o me pongan un cuerno
tras obtener el divorcio,
quedo, si mal no discierno,
libre para otro consorcio.