Estimados y esquilmados camaradas en la diáspora:
Esta nueva sección en el blog (Consultorio teocrático) ha tenido una amplia aceptación entre nuestros lectores y pecadores impenitentes. Es raro el día que no nos llega a la redacción apóstata, una pregunta teocrática y apropiada al más no poder, de parte de alguna alma cándida que no se fía ni de los ancianos de congregación ni de los sabelotodo sin titulación académica que son los del Cuerpo Gobernante.
Nuestra hermana se llama Carolina, es del Este peninsular, y nos alegra este viernes cuasi navideño, con una consulta de carácter teocrático y watchtoweriano. Antes de nada, apuntar que su marido era testigo de Jehová como ella y se llamaba José. Jugaba de extranjis a la Lotería Nacional, mientras se daba golpes de pecho en el Salón del Reino sirviendo como anciano. Era un hombre espiritual de los que no quedan: sudaba cuando hacía la oración públicamente, la yugular le sobresalía del cuello y la emoción era tanta..., ¡que parecía que se iba a personar el Espíritu Santo en ese mismo momento trascendental! Un día, sus oraciones le fueron contestadas y le toco un buen pellizco: cogió los bártulos y se despidió a la francesa de su esposa Carolina. Pero, no ser marchó para La Habana (Cuba) solo, sino que se fue con una "amiga" y hermana espiritual de Carolina. Podemos decir que Carolina, perdió tres cosas de un solo golpe: marido, dinero y amiga..., ¡mala suerte!
No obstante, con este preámbulo, sí que podemos entrar en su pregunta. ¡Va por ustedes!
"Hace quince años que mi marido --testigo de Jehová como yo-- me abandonó, con dos hijos pequeños. Se fue de repente..., como si se lo tragara la tierra. Casualmente, también se marchó a Cuba, una hermana espiritual y confidente mía súbitamente; con la excusa de que su madre estaba muy grave. ¡Tuve dos pérdidas importantes en un mismo tiempo! Una vez se marcharon de España, mi cuñada me dijo que su hermano (mi esposo) se había marchado a Cuba con mi "amiga"..., ¡se ve que le había caído un buen premio de lotería y lo celebró abandonando a su mujer e hijos! ¡Menudo cabrón!
Cuando pasaron un par de años desde su partida al Caribe, les dije a los ancianos de congregación que en mi empresa había un hombre viudo y sin hijos que había manifestado interés por mí, y que como mi marido tenía otra vida en Cuba, supongo que no habría ningún problema para casarme de nuevo. Con la respuesta, me quedé boquiabierta: "¿Puedes documentar que tu marido vive con otra mujer en Cuba? Mientras no nos lo puedas demostrar, tu marido se podría decir que ha "desaparecido" y por lo tanto, no estás libre para casarte de nuevo. O, nos tienes que traer un certificado oficial indicando que tu marido ha fallecido, en caso de que hubiese muerto". (Desde entonces no tengo noticias de mi ex maridete; no sé si está en Cuba o en Pernambuco..., ¡o ha sido pasto de los tiburones del Caribe!).
Yo les conté a los ancianos que había viajado a Cuba para pedirle a mi ex esposo que me escribiera una carta --o llamase por teléfono-- dirigida a los ancianos indicando que tenía otra mujer, ¡y que de este modo me dejara rehacer mi vida! Él, con toda la cara dura me dijo que nones y que no quería complicaciones (con la congregación) por si algún día volvía a España.
Aún así, los ancianos no se bajaron del burro; amenazándome con la expulsión si volvía a casarme..., ¡y para más inri con un mundano! Actualmente, mis hijos han abandonado el domicilio familiar, y me encuentro muy sola. Me gustaría rehacer mi vida ya que han pasado quince años desde que el puerco de mi marido me puso los cuernos y me abandonó. ¿Puedo escribir al Cuerpo Gobernante para que consideren mi caso y para quejarme por la sinrazón de los ancianos de mi congregación? ¿O será inútil?".Apreciada hermana Carolina:
¡Si fueses católica, te habrían hecho santa! No te mereció tu marido, ni tampoco te merecen los miembros del Cuerpo Gobernante: todos juntos te han hecho más mal que bien..., ¡te han arruinado los últimos tres quinquenios de tu vida! ¡No les des ni un minuto más de tu vida! Tú eres dueña de tu vida, y solo tú debes decidir qué hacer con ella. Dios nos ha creado libres, con nuestra conciencia que está por encima de todas las directrices fallutas y caducas del cuerpo eclesiástico de nuestra denominación religiosa. No te dejes guiar por ellos, porque te extraviarán y harán que tu vida sea un calvario repleto de enfermedades mentales producidas por tanto suplicio emocional y sentimental. Los seres humanos necesitamos dar y recibir amor..., ¡no somos un trozo de madera o una piedra!
Además, tú --y Dios-- sabes que tu exmarido es un puerco integral cinco jotas, ¡con eso hay más que suficiente! No precisas más plácet que ese. Sobre los padres ideológicos de la directiva tan inhumana y anacrónica que te indican los ancianos, te diré que no son los ancianos de congregación, ¡sino el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová! Ellos son unos tunantes: están arruinando doblemente las vidas de los cónyuges que ha sufrido la infidelidad..., amenazándoles con la expulsión si deciden casarse. Son maestros en lo de tirar la piedra y esconder la mano..., ¡viven de eso! A esos pedigüeños, ¡ni caso!
La base pseudoteológica, se encuentra en la próxima edición del Diccionario Etimólogico Watchtoweriano-Español. Te adjunto la entrada con la oportuna referencia:
Desaparecida (persona): Si tu cónyuge se ha despedido de ti a la francesa y han pasado un par de décadas sin saber de él…,¡no te puedes volver a casar! Si tu esposo era marinero del Titanic y, después del hundimiento, no sabes nada de él, ¡sigues casada con él a pesar de que el afamado barco se hundió en el año 1912! El número de años desde que desapareció tu cónyuge, no te da derecho a rehacer tu vida. ¡Sólo en el caso de que jurídicamente haya sido declarado muerto, puedes rehacer tu vida casándote de nuevo! Si tu esposo se va de casa a vivir a Pernambuco --destino desconocido--, abandonándote, se junta con una gachí y tienen tropecientos hijos…,¡tú no estás libre para casarte si no tienes pruebas documentales con las que convencer a los ancianos de tu congregación! ¿Que cómo puedes conseguir las pruebas si ni siquiera sabes su paradero…? ¡La vida es dura! La vida es dura para ti, no para el Cuerpo Gobernante que vive a cuerpo de rey con nuestros donativos.
Dado que soy una persona que está estudiando la Biblia con los testigos de Jehová, me intereso en agradar a Dios. Hace diecisiete años mi esposo me abandonó, y no he sabido nada de él desde entonces. Es posible que él haya muerto ya. ¿Estoy libre para volverme a casar?—A. S., EE. UU.
[…] En el caso de que se trata, aparentemente no hay evidencia concreta de que el esposo haya muerto. Por eso todavía subsiste el matrimonio legal. Sería tanto ilegal como inmoral el que la esposa se volviera a casar simplemente porque le pareciera que su esposo ha muerto.
[…] Exactamente qué acción jurídica se requiere es cosa que tendría que determinarse localmente. Los “esfuerzos diligentes” pudieran incluir el ponerse en comunicación con todos los parientes y amigos que se pudiera pensar que hayan tenido información de parte del ausente o acerca de él, preguntar en sus residencias y lugares de empleo anteriores y poner un aviso público en un periódico. Si una búsqueda completa no produce nada que indique que el ausente está vivo, el tribunal pudiera declararlo muerto. Antes de que tenga lugar eso la esposa no estaría legalmente libre para volver a casarse. Si todo esfuerzo razonable y posible por hallar al esposo ha resultado infructuoso y jurídicamente él ha sido declarado muerto, la esposa tiene que decidir qué hacer. Si honradamente cree que él está muerto y ella quiere volver a casarse, tiene que estar dispuesta a asumir la responsabilidad ante Dios, quien sabe todos los hechos y motivos envueltos.—Gál. 6:5; Heb. 4:13.
[…] Entonces, tocante al caso que se considera, podemos decir: La falta de información acerca del esposo no impediría que la esposa llegara a ser Testigo. Si con el tiempo ella pudiera demostrar a satisfacción de los representantes de la congregación cristiana que todos los esfuerzos por probar que él está vivo no han dado resultado y que hay buena razón para creer que él está muerto, y jurídicamente se le ha declarado muerto, ellos permitirían que ella asumiera la responsabilidad de decidir el volverse a casar, “pero en el Señor.” (1 Cor. 7:39) […] La Atalaya, 15 de febrero de 1970, páginas 127 y 128.
http://es.scribd.com/doc/100676509/El-lado-comico-de-la-Watchtower-Edicion-21-de-julio-de-2012Por estos motivos, hermana Carolina, en tu caso, ha sido realidad la canción: "El muerto vivo". Hazles un corte de mangas a los caciques locales y al Cuerpo Gobernante y toma las riendas de tu vida.
Como ves, nuestros "consejos" son gratuitos y tampoco pedimos donativos para la etérea Obra Mundial --que no es otra cosa que una combinación de hedge funds con cédulas hipotecarias y capital riesgo--.
Finalizamos como siempre: lo documentamos todo, todo y todo. ¿Quién es el padre de la mentira y los variopintos chanchullos teocráticos?
JAJAJA muy bien elegida la canción!!!!
ResponderEliminarAurora