Higinio "el Mochuelo" |
Manifestación de los testigos de Jehová ante el Consejo de Europa, en contra del Impuesto de Transferencias que les exigía el gobierno francés http://www.gbasesores.com/articulos/manifestacion.htm |
Estimados y escamados camaradas ibéricos y allende los mares:
Desde Mallorca, nuestro hermano Higinio "el Mochuelo", nos hace una consulta teocrática. Está en una empresa mediana y pronto tendrán elecciones sindicales. Varios trabajadores le han pedido que se presente a las elecciones ya que tiene un elevado sentido de la justicia. Sin embargo, quiere saber a qué consecuencias puede enfrentarse en la comunidad religiosa en caso de ser elegido enlace sindical. Él dice en parte:
"Desde Mallorca, leo el blog diariamente, especialmente por las mañanas, al comenzar el día..., ¡para empezarlo con buen pie! En la empresa que trabajo, próximamente habrá elecciones para elegir el comité de empresa. Como testigo de Jehová, ¿puedo presentarme a dichas elecciones? ¿Puedo ser enlace sindical..., y heredar la vida eterna? ¿Está el cristianismo en oposición directa al sindicalismo? ¿Puede un cristiano verdadero participar en una manifestación? ¿Cuál es la postura oficial de nuestra confesión religiosa con respecto a las huelgas? Sé que son muchas preguntas, pero creo que de alguna manera están relacionadas. ¡Espero la respuesta como agua de mayo!".
Querido hermano Higinio. Primero decirte que me gusta tu alias, y tu capacidad de mimetismo. Segundo, la generosidad nos caracteriza: "¡Recibieron gratis, den gratis!". De modo que, te pondremos al día con la bibliografía disponible sobre los temas que te quitan el sueño. ¡Va por ustedes!
Sindicatos obreros (Afiliación) (Huelga) (Manifestación): El miembro de la comunidad religiosa puede afiliarse a un sindicato obrero. Sin embargo, tiene sus limitaciones: no puede entrar en la dinámica política democrática y presentarse para ser votado y elegido por su compañeros como enlace sindical. Tampoco formar parte la dirección de un sindicato obrero. El debatir sobre la conveniencia o no de una huelga, está prohibido para el creyente watchtoweriense. Las manifestaciones de protesta, por el motivo que sean, aunque pacíficas, están vetadas para el obrero cristiano..., ¡salvo que sean para defender los intereses económicos de la confesión religiosa! Su participación en el movimiento obrero se limita --como mucho-- al pago de la cuota mensual, como sujeto ultrapasivo; un esperar a verlas venir.
http://johnhenrykurtz.blogspot.com.es/2009/01/roma-no-paga-traidores-no-seas-esquirol.html
En el año 1975, una directiva un tanto confusa, sirvió para que los miembros de la confesión religiosa no apoyaran las huelgas ni siquiera pasivamente, poniendo en peligro su integridad física. Tanto en el pasado, como actualmente, la participación pasiva en una huelga, es más por imposición obrera que por convicción personal. Igualmente, la participación en cualquier tipo de manifestación pública, sea por motivos estudiantiles, o sociales, o por la mejora del barrio, está prohibida. Además, en sus publicaciones se cuestiona la utilidad de la actividad sindical, señalando que ha tenido y tiene efectos perniciosos en la economía. El sindicalismo obrero se considera una fuerza debilitante en los países democráticos, que impide en algunos casos la toma de decisiones por parte de los gobiernos de los respectivos países. Adicionalmente, en la relación laboral entre patrono y empleado, el empleado que sea miembro de la comunidad religiosa, se le exhorta a que soporte pacientemente cualquier maltrato al que le someta el jefe y por el contexto donde se hace dicha afirmación, se sobreentiende que este “maltrato” puede ser físico o verbal..., ¡manda huevos!
¿Como debe considerar bíblicamente un cristiano dedicado los gremios obreros y la participación en sus actividades?
[…] No puede haber, por lo tanto, objeción a que un cristiano meramente pertenezca a un gremio, que abone sus cuotas y preste atención a un llamado a dejar de trabajar en caso de huelga.--Romanos 12:17; 1 Timoteo 5:8.
Sin embargo, un cristiano no debe dejarse envolver en la actividad del gremio al grado de ocupar un cargo directivo del gremio. Tampoco debe, en caso de huelga, participar con los huelguistas al estacionarse éstos en manifestación frente a los establecimientos, o de alguna otra forma debatir por la causa de la huelga. Sobre todo, no debe recurrir a la violencia en las disputas obreras, pues un “esclavo del Señor no tiene necesidad de pelear”. “Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres”. Tal como el cristiano es neutral con respecto a la política y las guerras de su país, de igual modo el cristiano que es miembro de un gremio no se deja envolver en las actividades gubernamentales y la guerra económica de los gremios sino que tiene que permanecer neutral.--2 Timoteo 2:24; Romanos 12:18. La Atalaya, 15 de junio de 1961, página 383.
Los sindicatos también están incluidos entre los que con falta de perspicacia trabajan involuntariamente en pugna consigo mismo. Cuando su lucha constante por aumento de salarios resulta en costos más elevados de fabricación al grado que el mercado para las cosas producidas se restringe y las ventas disminuyen por la competencia de precios bajos de otros países, lo cual obliga a las empresas a reducir la producción, con el resultado de despedidas de obreros, o a recurrir a la automatización aumentada para reducir el costo de la mano de obra para poder vender le producto, los sindicatos ciertamente han trabajado involuntariamente en pugna contra las clases obreras. Asimismo, cuando las huelgas llegan a ser tan prolongadas que los obreros, en muchos años de trabajo aun con aumentos de salarios, no pueden resarcir la pérdida que han sufrido, los sindicatos han estado trabajando involuntariamente en pugna consigo mismos. ¡Despertad!, 8 de agosto de 1962, páginas 3 y 4.
Mientras tanto los neoyorquinos velozmente regresaron a su horario normal. Muchos tenían las extremidades doloridas que les recordaban la experiencia amarga, mientras que otros sufrieron mucho después de las tensiones producidas por doce días de experiencia exasperadora de tráfico. Y todavía causa encono en millones de mentes una pregunta: ¿Es una huelga que paraliza la única manera de obtener peticiones razonables de salarios y trabajo? ¡Despertad!, 22 de junio de 1966, página 24.
Pero casi hubo un millón de niños que no asistieron a las escuelas en la ciudad de Nueva York por varias semanas del pasado año escolar. ¿Por qué no pudieron obedecer la ley estatal? Porque el sindicato de maestros se había declarado en una huelga que cerró la mayoría de las escuelas urbanas.
Esto fue una violación de la Ley Taylor, que prohíbe huelgas de empleados públicos. También se pudiera decir que viola la ley de educación al impedir que los niños asistan a la escuela. Puesto que adultos respetados violan las leyes francamente, ¿qué efecto tendrá eso en los niños de edad escolar? [...]
Tomando en cuenta estos hechos, ¿no es de vital importancia el que todos los adultos envueltos en el campo de la educación pongan un ejemplo excelente de obediencia a las leyes y a las personas que están en puestos de autoridad tal como es necesario que los padres lo hagan? Pero durante la huelga escolar los niños vieron que los mayores violan las leyes. Vieron a los mayores lanzándose epítetos viles unos a otros y vieron acciones de chusmas que requirieron pelotones de policías para mantener el orden. ¿Qué clase de impresión va a dejar todo esto en los jóvenes?
Un maestro que está dedicado a vivir en armonía con los principios cristianos desea poner un ejemplo apropiado para los niños. Cree en la obediencia a la ley y desea obedecerla. Pero, ¿qué puede hacer él cuando facciones disidentes cierran las escuelas o crean una situación en la que él pudiera recibir daño físico si tratara de obedecer las leyes que las autoridades no pueden poner en vigor? Todo lo que puede hacer es esperar hasta que la gente mundana zanje sus diferencias. Después puede seguir obrando en armonía con las leyes que existen.
El conflicto también crea problemas a los padres cristianos y a sus hijos. Ellos también quieren ser obedientes a las leyes "de César", porque Jesucristo dijo: "Paguen devuelta a César las cosas de César". (Marcos 12:17) Estos padres quieren que sus hijos se aprovechen plenamente de la educación que provee el Estado. Quieren obedecer la ley sobre la educación, pero como cristianos no pueden llegar a estar embrollados en disputas entre facciones de este mundo, pues Jesús dijo que no deben ser "parte del mundo". (Juan 5:19) Como el maestro cristiano, solo pueden esperar hasta que se restaure el orden. ¡Despertad!, 22 de marzo de 1969, páginas 3 y 4.
Un incidente en que estuvieron envueltos los hermanos en 1940 muestra el buen efecto que la verdad estaba teniendo en ellos. Mineros de la mina Nkana de la Corporación Rhokana se declararon en huelga, pero los hermanos empleados en la mina continuaron presentándose para trabajar, puesto que se había llamado a los soldados para evitar la manifestación por piquetes. Los patronos comenzaron a darse cuenta de que los testigos de Jehová eran de hecho un elemento estabilizador en la población. Esto logró mucho en cuanto a quitar la mancha que habían llevado los Testigos injustamente desde los alborotos de 1935. Anuario de los testigos de Jehová para 1972, páginas 238 y 239.
Sin embargo, hay algunas situaciones completamente diferentes, como cuando un grupo sufre injusticias. ¿Cómo, entonces, pueden sus miembros lograr que se les preste atención sin recurrir a la presión de grupo? ¿Qué otro remedio hay?
En cuanto al dilema de un individuo, o de un grupo, en muchos lugares del mundo hay remedios legales que se pueden usar. Pero, ¿qué hay si los remedios legales normales no dan resultados? Tal vez los políticos no se sientan impulsados a hacer los cambios deseados y los jueces quizás no administren justicia debido a la codicia o cobardía. Entonces un grupo minoritario no recibirá lo que considera ser justo e imparcial.
Bueno, quizás el razonamiento humano considere que es mejor usar la presión de grupo. Debido a esa presión un juez o magistrado quizás crea que es conveniente seguir a la muchedumbre. Pero esas tácticas solo tienden al desmoronamiento de la ley, cometiendo por lo general una injusticia a otro sector de la sociedad.
De hecho, en la actualidad no hay perspectiva de obtener justicia total y completa en este sistema de cosas, tal como ha sucedido a través de toda la historia. ¿Cuándo han estado completamente felices los grupos minoritarios? A pesar de las protestas en grupo y de las insurrecciones, continúa el mismo viejo sistema, con sus opresiones e injusticias. Eso se debe a que el mundo fundamentalmente es inicuo, corrupto, y no de Dios. (1 Juan 5:19; Gál. 1:4) Actualmente cuando las quejas, las manifestaciones, las protestas, las huelgas, los alborotos y la violencia están en su apogeo, es hora de que Dios intervenga para enderezar los asuntos. Esto él lo ha prometido, y pronto lo cumplirá. Mientras tanto, ¿qué puede hacer la gente que está interesada en la verdadera justicia y rectitud?
Dios les dice a las personas honradas y sinceras: “Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres.” (Rom. 12:18) Su mandato a los cristianos es: “Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores.” (Rom. 13:1) Si las autoridades existentes usan mal su poder, no es la obligación del cristiano el tratar de derrocarlas. Tampoco incumbe a los cristianos el apoyar, promover o participar en manifestaciones, protestas en grupo o huelgas.
[...] Así es que, en vez de usar las tácticas mundanas, espere en Dios. ¡Despertad!, 8 de junio de 1975, páginas 6 y 7.
Quizás otros que no sean oficiales gubernamentales impongan multas; por ejemplo, los sindicatos en casos en que la conciencia de un cristiano no le permite participar en ciertas actividades sindicales que encuentra contrarias a principios bíblicos. Aquí, también, puede considerar que el pagar la multa simplemente es el sufrir una pena injusta por ser cristiano.—1 Ped. 2:19, 20; 3:17; compare con Proverbios 17:26. La Atalaya, 1 de septiembre de 1975, página 544.
RELACIONES ENTRE PATRONOS Y OBREROS
¿Qué exigía este consejo del individuo que hubiera de obedecerlo? Al cumplir sus responsabilidades como esclavo, el cristiano habría de manifestar a su amo el debido temor o respeto, pues no desearía incurrir en su desagrado. Habría de manifestar este temor aunque el amo fuera inconsiderado, severo o irrazonable en sus demandas. El amo pudiera haber sido un hombre que criticara el trabajo aun cuando éste estuviera bien hecho. Pudiera ser que exigiera que el esclavo cristiano hiciera cosas que fueran contrarias a la ley de Dios. Debido a haber obedecido fielmente los dictados de su conciencia piadosa, y a haber rehusado robar o mentir por su amo, es posible que el esclavo cristiano hubiera sufrido injustamente. Pudiera ser, también, que en otras ocasiones el esclavo hubiera sido víctima de abuso físico y verbal.
En armonía con el consejo de Pedro, el esclavo cristiano no se levantaría contra su duro amo. Continuaría haciendo su trabajo concienzudamente, y soportaría con paciencia el maltrato. El que procediera así sería grato a los ojos de Dios, porque no redundaría en descrédito para el cristianismo. Otros podrían ver que la adoración verdadera había tenido buena influencia en el esclavo. Esto podría moverlos a investigar el cristianismo a fin de descubrir cómo un esclavo maltratado pudiera ejercer tan loable dominio de sí mismo. En contraste, si un esclavo le causara perjuicio a su amo y recibiera disciplina severa por ello, la gente no vería mérito especial en el hecho de que aceptara con calma el castigo.
Hoy día el cristiano que se enfrenta a una situación especialmente molesta o difícil en su trabajo tal vez pueda conseguir otro empleo. Pero quizás no siempre sea posible hacer esto. Tal vez esté trabajando bajo contrato o se vea obligado a seguir afanándose en medio de condiciones indeseables porque sencillamente no haya ningún otro trabajo disponible. Así, puede que su situación no difiera mucho de la situación del sirviente de casa del primer siglo E.C. que no podía irse de su amo irrazonable. Por lo tanto, mientras el cristiano continuara siendo empleado de otra persona, haría todo lo posible por efectuar trabajo de calidad, y aguantaría con paciencia y sin quejarse cualquier maltrato al cual se viera expuesto y que no fuera posible detener por medios bíblicos. También continuaría tratando a su patrono con el debido respeto y consideración. Escogiendo el mejor modo de vivir (1979) , páginas 71 y 72.
En la potencia mundial angloamericana, las personas han reclamado sus derechos a través de sindicatos, movimientos independentistas y campañas a favor de los derechos civiles. Los ciudadanos corrientes han minado la capacidad de esta potencia para actuar con la fuerza del hierro. Además, debido a las ideologías opuestas y a los escasos márgenes con que ganan las elecciones, ni siquiera los líderes más populares cuentan con una clara mayoría que les permita llevar a la práctica sus programas. Es tal como profetizó Daniel: “El reino en parte resultará fuerte y en parte resultará frágil” (Dan. 2:42; 2 Tim. 3:1-3). La Atalaya, 15 de junio de 2012, página 16.
Fin de la bibliografía teocrática.
Así que, hermano Higinio, creo que con todas estas referencias puedes alcanzar el conocimiento que te llevará a la vida eterna prometida por el Cuerpo Gobernante. A título personal, no te recomiendo que sigas los consejos de los paniaguados del Governing Body Bank: ellos velan por sus intereses económicos y parece que todo vale cuando de su dinero se trata. Sin embargo, cuando afecta los intereses económicos del rebaño..., ¡es otra historia diamentralmente opuesta! Tienen dos varas de medir, ¡y no se les cae la cara de vergüenza!
Ya sabes: lo documentamos todo, todo y todo. ¿Quién es el padre de la mentira y de las verdades de conveniencia?