La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la policía italiana ha trincado a un falso ciego que además de hermano nuestro era un tunante y bribón. Ejercía dos profesiones, la de Testigo de Jehová y la de invidente, ¡por esta última estaba cobrando una paga del Estado! El celoso predicador "invidente" es de la localidad de Brivio, provincia de Lecco.
La noticia está en italiano y no disponemos de un traductor en ese idioma. No obstante, echando mano del traductor de Google intentaré resumir la noticia. Aunque, en el enlace tenéis la noticia íntegra en italiano.
http://www.ilgiorno.it/lecco/falso-cieco-1.510768#3
Fin de la traducción apóstata.
En fin, un pillo teocrático más que ha sido trincado antes que llegue el Nuevo Orden watctoweriano y que aparte de tener comprometida su salvación eterna --antes de que le pillaran leyendo-- ahora también tiene comprometidas su cuenta bancaria y su pisito de protección oficial. Para el César
mundano, no vale lo de hacer buenas obras por un lado al predicar las buenas nuevas del Reino los domingos por la mañana, y durante el resto del tiempo estar defraudando al Estado --que somos todos los que pagamos impuestos-- y a los ciudadanos con discapacidad que están esperando ayudas económicas o de vivienda...
No sabemos si con tanto tiempo libre, este ciego de pegote ha podido dedicar mucho tiempo a las actividades teocráticas y escalar posiciones dentro de la comunidad religiosa..., ¡premiándole con algún cargo!
Bueno, cuando uno echa un vistazo a la hemeroteca de las publicaciones de la confesión religiosa en cuestión, puede ver que se han dedicado toda la vida a destacar y desacreditar la "religión" a la que pertenecía el delincuente..., siempre que la religión afectada fuese otra. Cuando les llega el turno a ellos, ponen el grito en el cielo quejándose de que trascienda a la opinión pública la
religión a la que pertenece el delincuente. ¡Su típica doble moral!
Sin embargo, yo pienso que esto cumple una función terapéutica y abre los ojos, no de la gente ajena a la entidad religiosa, ¡sino a los propios miembros de la comunidad religiosa a la que pertenece el delincuente! La clave del asunto está, no que los testigos de Jehová tengan más delincuentes que otras denominaciones religiosas, si no que ellos no son especiales y que las debilidades de la naturaleza humana nos afectan a todos por igual, independientemente de si eres testigo de Jehová o católico.
En todas partes cuecen habas; y en la mía, a calderadas... Cuando los dirigentes de los testigos de Jehová segregan a las personas despectivamente entre
mundanos o testigos de Jehová, no estás muy legitimado moralmente para quejarte cuando te llaman a atención a ti.
¿Algunos ejemplos?:
Clérigos alcohólicos
◆ Una monja adriana dominica, Therese Golden, está haciendo campaña contra el alcoholismo y el abuso de las drogas que plagan a las órdenes eclesiásticas en los Estados Unidos. Dijo que, aunque un 10 por ciento de los que beben socialmente llegan a ser alcohólicos, el Concilio Nacional de Clérigos sobre el Alcoholismo calcula que “Entre el clero esta proporción aumenta a uno de cada ocho o nueve.” Afirma que la presión que recae sobre las monjas de vivir en armonía con su ‘imagen mítica’ produce tensiones que hacen que ‘un porcentaje trágicamente elevado escoja las bebidas alcohólicas o las drogas [recetadas]’ para alivio. Dice que en el caso de las monjas alcohólicas se requiere un tratamiento más largo de lo acostumbrado, porque “la discrepancia asustadora entre esta imagen y la realidad de ser alcohólica es muy difícil de reconciliar.”
¡Despertad! 22 de septiembre de 1974, página 29.
Contrabando clerical
◆ El arzobispo católico griego Capucci, quien, según informes, confesó haber pasado armas de contrabando a los terroristas en Israel, no es el primer clérigo que participa en esa actividad. Después de comentar sobre la historia de las supuestas actividades de espionaje y contrabando bajo la capa encubridora de la religión, la revista Time declara que algunos clérigos no solo fueron motivados por su causa, sino también “¡ay! por las grandes sumas de dinero que pueden ganar.” Se dice que el patriarca de Capucci, Maximos V, quien alegó que el arzobispo había sido víctima de una trama, fue “atrapado llevando monedas de oro y anillos a través de la frontera” cuando servía de arzobispo en Israel durante los años 1950, informa Newsweek.
¡Despertad!, 22 de diciembre de 1974, página 28.
Iglesias responsables de especulación comercial
◆ Recientemente el Tribunal de Apelación del 4.° Distrito de San Diego, California, falló que la Iglesia Metodista Unida puede tenerse por responsable de daños que fueron causados por una empresa seglar afiliada. Los ancianos que son residentes de hogares para los jubilados habían entablado juicio contra la Iglesia por fraude cuando su red afiliada de Hogares Pacíficos para los jubilados se declaró en quiebra. Samuel Witwer, el abogado que representó a la Iglesia, declaró que el fallo “tendría un efecto deprimente en la religión en este país.” Sin embargo, el juez respondió que dicho “efecto deprimente” debiera haberse considerado “antes de envolverse en asuntos comerciales.” También dijo: “Nada que haya dicho nuestro Tribunal Supremo estatal o federal ha dado a entender ni siquiera vagamente que bajo la capa de religión, las personas pueden, con impunidad, cometer fraude contra el público.”
¡Despertad! 22 de junio de 1979, página 28.
Disciplinando a los clérigos
● “Serias indiscreciones morales, comportamiento que causa divisiones en los matrimonios y delitos son solo algunas de las tentaciones a las que está sucumbiendo una ‘minúscula’, pero creciente, cantidad de clérigos anglicanos”, informó el periódico Daily Telegraph, de Londres. David M. Carey, que está por jubilarse de abogado de la Iglesia de Inglaterra, añadió que anualmente ha tenido que atender tantos como 50 casos de clérigos descarriados. “Ha habido casos en que clérigos han tenido que presentarse ante el tribunal bajo la acusación de haber cometido ofensas sexuales. Ha habido muchos casos más de clérigos que han sido hallados culpables de cometer adulterio.” ¿Cómo trata la Iglesia con tal conducta? “Un clérigo que sea condenado por algún delito es despojado de sus beneficios”, explica el informe. “Por ofensas menos graves, incluso el adulterio, el divorcio o la separación, puede que al clérigo se le cambie de parroquia, se le suspenda temporáneamente o se le dé una advertencia.” Es instructivo comparar esto con la disciplina que la congregación cristiana primitiva aplicaba a los miembros que cometían adulterio. (1 Corintios 5:11-13.)
¡Despertad!, 22 de abril de 1983, página 30.
¿Ministros, o evasores de impuestos?
El Tribunal Supremo de Nueva York emitió el fallo de que la Iglesia Ciencia de la Vida ha “defraudado al público, dirigido un sistema piramidal ilegal y ejercido ilegalmente la profesión de abogado al dar consejo sobre impuestos, el cual era erróneo, a personas que pagaron hasta 3.000 dólares (E.U.A.) cada una para aprender a evadir el pago de impuestos por medio de hacerse ministros ordenados de la iglesia” y tiene que devolver el dinero que recaudó. Además, la iglesia recibió una multa de 10.000 dólares por violar una restricción previa. De acuerdo con el informe que se publicó en el New York Times, “la iglesia había dirigido docenas de seminarios y recaudado aproximadamente 20.000.000 de dólares en derechos de matrícula de personas que se hicieron ministros para evadir el pago de impuestos federales y estatales”.
A tales personas se les dijo que podían conservar su empleo seglar y sin embargo estar exoneradas del pago de impuestos por medio de fundar su propia iglesia reconocida por la Iglesia Ciencia de la Vida. Podían entonces o donar hasta 50 por 100 de sus ingresos a la iglesia y reducir considerablemente sus impuestos, o hacer voto de pobreza y dar todos sus ingresos y bienes a la iglesia. En tal caso, la iglesia pagaría todos los gastos y la persona estaría exenta del pago de impuestos, según se afirmaba. El tribunal rechazó ese argumento. “El fallo —dijo Daniel Kurtz, de la oficina estatal del Ministerio de Justicia— animaría al estado a perseguir judicialmente a otras organizaciones y personas que procuran la exención contributiva con el pretexto de la religión.”
Los cristianos verdaderos no querrían solicitar deducciones (como ministros o de otro modo) que el gobierno bajo el que viven no permitiera, sino que, como aconseja Romanos 13:7, rinden “al que pide impuesto, el impuesto”. No usan su ministerio como medio para evadir el pago de impuestos.
La Atalaya, 1 de mayo de 1983, página 27.
La moral clerical
● Un estudio que realizó por espacio de dos años la Asociación de Iglesias de Washington concluye que las “organizaciones eclesiásticas son parte de una ‘conspiración de callar algo’ relacionado con ministros y consejeros pastorales que tienen relaciones sexuales con sus feligreses o clientes”, y que el problema está “más difundido de lo que comúnmente se cree”, dice el periódico The Seattle Times. Aunque la mayoría del personal clerical no hace mal uso de su influencia de ese modo, “algunos de ellos realmente creen que es lo mejor para su cliente o feligrés”, dijo Marie Fortune, miembro del comité que sometió el informe. El estudio atribuye la culpa a la falta de preparación y normas apropiadas. “En el seminario, nunca hablamos de ello —dijo Fortune—. No se nos preparó para tratar con el problema como profesionales, no se nos dio a entender que había una norma de conducta para nosotros, como ministros, que excluía la conducta sexual con nuestros feligreses.” En algunos casos en que se descubrió tal conducta, sencillamente se cambió de puesto al ministro, dijo Fortune, pero, tocante al asunto mismo, “nunca se ocuparon de ello ni lo reconocieron, y no hicieron saber el asunto a la gente del lugar adonde mudaron al ministro”.
¡Despertad!, 22 de mayo de 1984, página 29.
Estos son unos poquísimos casos que ilustran la doble moral watctoweriana: mientras ellos pueden criticar a toda religión, nadie les puede criticar a ellos legítimamente. No obstante, la realidad acaba imponiéndose a la mentira.
Está pasado, lo estás leyendo, ¿te lo vas a perder? ¿Quién es el padre de la mentira?