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¡Despertad! 22 de octubre de 1984, página 31 |
Estimadas víctimas de los teocrátas de pacotilla:
Nuestra hermana Juanita Reina, desde Puertollano (Ciudad
Real), acude a nuestro consultorio teocrático en busca de guía y consejo. ¡Es lo que hay! Los apóstatas nos hemos ganado un prestigio a
pulso, con esfuerzo y tesón. Pero, sobre
todo, con rigor y documentación. La
demagogia se la dejamos a los agentes Watch profesionales: expertos en campañas
de intoxicación y desinformación, ¡mucha palabrería, pocos datos y menos
documentos! Siguen el camino de su padre
–el Diablo—y mienten más que hablan cuando se trata de defender la imagen
pública y el patrimonio económico de la confesión religiosa del notorio arraigo
y olé.
Juanita se explica:
“Trabajo como profesora en un instituto de educación
secundaria y mi marido como comercial de productos dietéticos. Sin embargo, se enroca en que como cabeza de
familia teocrático es él quien en última instancia decide cómo se gasta el dinero
que ganamos en común. ¿Cuál es el punto
de vista del Cuerpo Gobernante –cuerpo eclesiástico— sobre este tema? ¿El ser mujer supone un impedimento a la hora
de decidir cómo se gasta el dinero?
¿Debo ser sumisa a mi marido en el tema financiero?”.
Básicamente y resumiendo; la política de los teocrátas de
pacotilla del Cuerpo Gobernante es: la mujer en casa y con la pata
quebrada… Una vez dicho esto, nos
centraremos en los detalles referentes a tu lícita inquietud. Es verdad, podríamos mencionar multitud de
citas bibliográficas de las publicaciones de nuestra entidad religiosa donde se
coloca en una posición secundaria –de sumisión al esposo-- dentro del
organigrama familiar y también en el de la comunidad religiosa. No obstante, lo dicho, nos limitaremos a lo
que específicamente preguntas cándidamente.
¡Va por ustedes!
Mi esposo y yo trabajamos en lo seglar.
Puesto que yo gano parte del dinero, ¿no sería correcto que yo dijera cómo se
debe usar éste?-EE. UU.
La
cuestión de quién habrá de decidir cómo y cuándo se use el dinero que gana una
esposa es difícil. Esto se puede ver por el hecho de que las leyes que abarcan
este asunto varían mucho de lugar en lugar. En algunas secciones todo lo que
una esposa gana, de hecho, es del esposo, para que lo use como él crea
conveniente. En otros lugares esta posición extremada es templada, y la ley
reconoce que la esposa es adulta con ciertos derechos, así como el esposo tiene
derechos legales. De modo que hay diversidad de leyes sobre este asunto. […]
Aconsejan
las Escrituras: "El esposo es cabeza de su esposa como el Cristo también
es cabeza de la congregación. ..Esposos, continúen amando a sus esposas, así
como el Cristo también amó a la congregación." (Efe. 5:23, 25) Pero, ¿qué
significa esto cuando se aplica a los asuntos financieros de la familia?
Primero, significa que el esposo tiene
la responsabilidad principal de tomar decisiones en cuanto a cómo se utilizará
el dinero de la familia. Probablemente el
esposo amoroso querrá considerar tales asuntos con su esposa para saber lo que
ella piensa y para recibir sugerencias, pero, especialmente sobre asuntos
importantes, él es quien habrá de tomar las decisiones finales. Dependiendo del
tiempo, habilidades y preferencias de los que estén envueltos, puede que él
encomiende ciertas decisiones cotidianas a su esposa, como el comprar el
alimento y alguna ropa así como el pagar algunas cuentas y sufragar los gastos
corrientes. Por supuesto, si él espera
esto, él tendrá que suministrarle los fondos para que lo haga. También, en
algunos lugares la ley reconoce el derecho que tiene la esposa a cierto dinero
para artículos personales y otros usos, como en relación con su adoración. Los
esposos sabios no serán innecesariamente estrictos con sus esposas en tales
asuntos, sino que continuarán "morando con ellas de igual manera de
acuerdo con conocimiento, asignándoles honra como a un vaso más débil, el
femenino." (1 Pedo 3:7) De modo que cada matrimonio puede llegar a un
entendimiento personal sobre tales cosas.
Pero
prosiguiendo sobre este asunto de jefatura: La posición del esposo no le asigna
la superintendencia de los asuntos financieros de la familia sin una obligación
correspondiente. Más bien, él también tiene la responsabilidad principal de
proveer para el sostén de la familia. Bajo
circunstancias normales, no se espera
que la esposa tenga un trabajo y se gane la vida para la familia... ¡se espera
que él lo haga! El debe sentir el peso primordial del principio bíblico:
"Si alguno no provee para los que son suyos, y especialmente para los que
son miembros de su casa, ha repudiado la fe y es peor que una persona sin
fe."-1 Tim. 5:8.
Sin
embargo, ¿qué hay si la esposa tiene un trabajo seglar y gana dinero? ¿Afecta
esto las cosas? Bueno, examinemos justamente por qué una esposa cristiana
estaría en tal situación. Ciertamente
una esposa cristiana madura no estaría reteniendo un trabajo seglar porque le
encanta, o por independizarse y así competir con su esposo, o para evadir sus
responsabilidades principales, o debido a un deseo de posesiones excesivas.
Las
mujeres del mundo que realmente no necesitan tener un trabajo seglar, pero que
lo hacen a causa de tales razones, a menudo han terminado en problemas emocionales
y graves dificultades en sus matrimonios. Cuán prudente, entonces, es el consejo de la Biblia de
que la mujer casada se concentre en el papel importante de atender el hogar y a
la familia. (Proverbios, cap. 31; 1 Timoteo 5:14) También, esto probablemente le conceda a la
esposa más tiempo que pueda dedicar a los intereses espirituales. Así, de muchas maneras podrá hacer una
contribución valiosa a la felicidad de toda la familia.--Proverbios 6:20-22.
Sin
embargo, posiblemente el esposo a causa del alguna adversidad no pueda ganar lo
suficiente para satisfacer las necesidades (no deseos) básicos de la familia en
la vida. Después de considerar el
asunto, quizás se decida que la esposa haga trabajo seglar por un tiempo. ¿Acaso el hecho de que ella estará ganando
dinero cambiará la posición del esposo tocante a los asuntos financieros de la
familia? ¡No! De hecho, si tanto el
esposo como la esposa necesitan tener trabajos seglares, debe ser obvio en qué
debe usarse el dinero que ganan… en comida, ropa y abrigo. Como esposa cristiana sumisa
ella debe reconocer la obligación bíblica de su esposo de dirigir a la familia
tocante a tales cosas, aunque ella esté contribuyendo parte del dinero.
Es
superfluo que tratemos de establecer reglas en cuanto al manejo de los asuntos
financieros de la familia. Podemos
animar a los esposos y a las esposas a esforzarse por cumplir sus
responsabilidades respectivas en cuanto a la familia y el sostén. El matrimonio exige cooperación amorosa de
parte del esposo y la esposa. Por eso,
cuando un matrimonio se esmera en cooperar también en este aspecto financiero
de la vida, esto les permite mantenerlo en su lugar apropiado e impide que
eclipse los aspectos espirituales más importantes de su matrimonio. La Atalaya 1 de abril de 1969, páginas 223
y 224.
[Para cotejar con la publicación original digitalizada seleccionar el siguiente enlace:
http://jw-enciclopedia.blogspot.com.es/2014/04/biblioteca.html ]
Hermana Juanita, la duda ofende. La mujer que se precie de ser teocrática y
watchtoweriana debe ser sumisa a su
esposo en todos los campos, incluso en el económico. No importa si tú estás trabajando y tu marido
en desempleado…, ¡él siempre llevará los pantalones! Tu papel es más bien el de mujer
florero. Los pedigüeños y mandamases
están anclados en la época patriarcal, donde se sienten muy cómodos y dónde no
puede haber mujeres que les hagan sombra.
Se han endiosado y no hay quien les baje del burro…, ¡siguen con sus
anteojeras watchtowerianas! Los
miembros del Cuerpo Gobernante tienen pocos “papeles”, y menos de naturaleza
académica. Ya sabes, la vida facilona
del que no le gusta hincar los codos y sí el vivir de las donaciones de los
demás. Pero eso sí, ¡a la hora de
“hablar” en el nombre de Dios no se cortan ni un pelo!
Así que en casita: “nada de
independizarse y competir con el esposo” en materia salarial. Tú tienes que ser una mujer “prudente”, en
casa y con la pata quebrada.
Evidentemente con la salvedad de que puedes emplear todo el tiempo que
desees a buscar nuevos conversos que también puedan hacer sus donaciones en
metálico al Governing Body Bank…
Para ser sinceros, creo que sobran
todos los comentarios: ellos mismos se interpretan en la cita
bibliográfica. De modo que, ya sabes lo
que los caciques esperan de ti…, sumisión, sumisión y sumisión. ¡Para variar!
La verdad, toda la verdad y nada más
que la verdad. ¿Quién es el padre de la
mentira y los múltiples desvaríos pseudoteológicos?