El Profeta Ka (reportero free lance apóstata)
Carta de la Sucursal Española al Cuerpo Gobernante, 28 de julio de 1978, página 2
Estimados camaradas que estuvisteis en la cárcel por una verdad caduca:
La verdad flota, lo hemos dicho en innumerables ocasiones. Esta vez, el Profeta Ka, ha vuelto a nosotros con su blog submarino..., ¡se sumerge y emerge sin previo aviso! Nos documenta otra vez. (TH, ¿tú también nos documentas, o escondes la verdad de la buena?) Esta vez saca a la palestra la carta que envió la confesión religiosa de los Testigos de Jehová de España al todopoderoso Cuerpo Gobernante, en Brooklyn. En esta carta expresan su incompresión por la posición que mantenían los testigos de Jehová con respecto al servicio civil..., ¡por el que muchos fueron a prisión! Un ejemplo más de cómo las verdades caducas del Cuerpo Gobernante cuestan sangre sudor y lágrimas a los pardillos integrales de la confesión religiosa que ponen fe en ellos como en el Vocero de Dios en la tierra..., ¡la Sociedad Watch Tower!
El Profeta Ka (Komitéajalvir), dejó el siguiente comentario en el blog de TH sobre esta famosa carta:
Empezaremos hoy con la página 2, y luego seguiremos con las sucesivas, ¿alguien da más por menos? ¡Va por ustedes!:
"...cooperando con este programa, las conciencias de ellos se rebelan contra el estar asociados tan estrechamente con una organización marcial [ejército]. No ha sido muy difícil el razonar con los jóvenes sobre el asunto del servicio sustituto [al militar] bajo el presente marco legal. De hecho, aun los objetores [de conciencia] católicos (cuya posición es de origen ideológico, no religiosa) han protestado por el presente marco legal y algunos de ellos están en la cárcel por no aceptarlo.
Actualmente, el presente marco legal está sufriendo enmiendas y diferentes servicios sustitutos aparecerán próximamente. Durante este período de transición los objetores están siendo enviados a casa para llamarles más adelante cuando la nueva ley aparezca publicada. A unos pocos se les ha solicitado que firmen un documento por el que se comprometen a acatar cualquier ley concerniente al servicio civil o social sustituto que pueda aparecer en el futuro. A pesar de que nadie conoce los términos de la futura nueva ley que regule esto, más de uno ha firmado dicho documento --imprudentemente-- comprometiéndose.
Cuando un anciano [pastor religioso local] trata el tema de servicio sustituto con alguien, esa persona generalmente acepta que lo sustituto equivale a lo original. Pero esta asociación de ideas usualmente no es realmente comprendida. Mas bien, se adopta por ser el punto de vista de la organización, los ancianos lo explican como buenamente pueden y los hermanos lealmente siguen las consignas tal como entienden y se espera de ellos. Pero nos parece que muchos hermanos encuentran nuestro razonamiento un tanto artificial. Ellos no pueden entender claramente sobre qué base no podemos aceptar un servicio [o trabajo] civil bajo una junta de reclutamiento según marca la ley, y por otra parte, aceptar el mismo trabajo cuando es una pena impuesta por un tribunal bajo esas mismas leyes. Desde luego, el anciano les dirá que el caso anterior es un servicio que se rinde y es considerado por el César [gobierno de turno] como un equivalente al servicio militar, y en el segundo caso supone un castigo. (Debemos recordar que una imposición por parte de un tribunal de un servicio que sea igualmente objetable desde un punto de vista político o marcial no sería tampoco aceptable, puesto que un cristiano no lo aceptaría sin importar la manera por la que se le impusiera). Por otro lado, es difícil para los hermanos aquí [en España] entender que el motivo por el cual el César requiere un servicio civil del individuo (aunque se le llame sustituto del militar) hace de tal servicio el que sea inaceptable, a pesar de que el trabajo en sí mismo sea inofensivo.
Este dilema es más difícil de sobrellevar porque los cristianos contemporáneos en España reconocen la obligación de obedecer los requerimientos del César hasta el grado que sea posible, hasta el punto que les exija algo que vaya en contra de su conciencia piadosa y su relación con Jehová pueda estar amenazada. Esta es la razón por la cual los hermanos viajan desde cualquier punto de España hasta el cuartel militar que les toca por sorteo para reclutarse, sabiendo de antemano que no podrán seguir adelante una vez que han llegado y se les pida que se enganchen a filas. Es difícil para ellos encontrar una objeción válida para obedecer al César cuando no les exige ninguna actividad relacionada con lo militar".
Fin de la traducción. Le agradecemos una vez más el trabajo que hace el Topo Ajalvireño en sus traducciones para toda la Hermandad Apóstata. Añadir que, la última oración pertenece al principio de la página tres de la carta, que colgaremos próximamente.
En el año 1978, el Comité de Sucursal lo componían --si no recuerdo mal--: Juan Kurtz (como Superintendente de Sucursal), Günter (Enrique) Bushbeck y Antonio Navacerrada. Sin duda, el promotor de todo esto era Juan --los tenía bien puestos--, hablaba claro y alto: "Hermanos del Cuerpo Gobernante, en España los hermanos jóvenes van a la cárcel, por seguir vuestras directrices que nadie consigue entender..., ¡ni siquiera nosotros!. Lo del servicio militar se puede entender, pero lo de servicio civil..., ¡como que no! ¿Podéis hacer el favor de revisar esta doctrina o os da lo mismo el que los hermanos vayan a la cárcel por una verdad caduca?". Juan tenía un conocimiento profundo de la historia de los testigos de Jehová desde sus comienzos, y por esto, de sus continuos bandazos doctrinales y teológicos, de sus profecías fallutas y sus verdades caducas..., ¡aquello olía que echaba para atrás! Por culpa de aquellas directrices, los muchachos iban a la cárcel sin entender nada, sólo por lealtad a la Organización. Él intentó influir en la decisión del Cuerpo Gobernante, pero, ellos --que lo saben todo porque tienen línea directa con Dios-- tardaron años en reconocer esta verdad y, esto, costó sangre sudor y lágrimas al pardillo de publicador ibérico..., ¡años de su vida perdidos en la cárcel por un dogma que años después cambió! ¿Quién paga los daños aquí? ¡Nadie! El Esclavo Fiel y Discreto revela la verdad según se la transmite Dios..., ¡por lo menos ellos dicen eso!
"Pero se disculparía el Cuerpo Gobernante, ¿no?", --diría alguien. ¿Que, qué? ¿Disculpas el Cuerpo Gobernante? ¿Tú sabes lo que está pidiendo hombre de poca fe? El orgullo les impide agacharse ni para atarse los cordones de los zapatos.
Seguiremos con la dichosa carta, promete mucho.
Ya sabes, nosotros lo documentamos todo, todo y todo. Y nuestro lema es: La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad..., ¡sin eufemismos ni trampa ni cartón!