Estimados compadres en la diáspora watchtoweriana:
Nuestra hermana Mª Carmen, desde Gerona, nos hace llegar sus inquietudes espirituales. Dice no confiar mucho en los ancianos de su congregación --indocumentados académicos-- y prefiere contactar con la apostasía para realizar una consulta rabiosamente teocrática. Ella lo dice así:
"El domingo pasado, mientras predicaba por Castellfullit de la Roca, una señora nos explicó que una de las cosas que no le gustaba de los testigos de Jehová, era que permitían los matrimonios concertados. Yo lo dije que eso no era cierto. Ella me sugirió que me documentara y que después volviese a visitarla. Le pregunté a mi marido, ya que él está absorto en conservar sus cargos teocráticos y aspira a escalar más alto en la pirámide de la Organización. Y, después de escucharme, me advirtió que tuviese cuidado; la señora podía ser una periodista, o lo que es peor aún..., ¡apóstata!
En definitiva y resumiendo, me dijo que en vista que los matrimonios concertados están mal vistos en nuestro entorno --la opinión pública los relaciona negativamente con religiones integristas-- era mejor decirle que para los testigos de Jehová el matrimonio concertado es algo repugnante y contrario a lo que creemos, practicamos y enseñamos. Sin embargo, no quiero volver al domicilio de esa señora y quedar en ridículo, o peor, ¡por mentirosa! ¿Podéis echarme una mano desde el lado oscuro?".
Hermana Mª Carmen, gracias por confiar en la apostasía ibérica. Nosotros nunca te mentiremos. Tampoco te pediremos dinero. Ni tu piso. Ni tu herencia. ¡Nada de nada! Lo nuestro es amor puro, sin intereses..., económicos. Lo nuestro es la documentación, la demagogia se la dejamos a los agentes Watch a sueldo, especialmente a nuestro hermano granadino que está de retiro espiritual en una cueva del Sacromonte. Por lo tanto, toma nota de las siguientes citas literales que han aparecido en las publicaciones de nuestra entrañable confesión religiosa del notorio arraigo y olé. ¡Va por ustedes!
El mío fue un matrimonio arreglado
VIVO en la India y hoy, 19 de mayo de 1971, es el día de mis bodas. En solo dos horas se llevará a cabo la ceremonia nupcial que me unirá en matrimonio al hombre que será mi compañero de toda la vida, con el que compartiré las alegrías y los problemas de la vida, pero un hombre que hasta ahora no conozco.
No había pensado seriamente acerca del matrimonio hasta hace unos pocos meses, cuando mi madre me dijo que una excelente familia había preguntado si ella y papá darían a su hija en matrimonio a su hijo. Pero ahora estamos llegando al salón donde pronto veré al que será mi esposo. Al entrar al salón me doy cuenta de que él está sentado al frente, y la excitación comienza a agitarse dentro de mí. Mis pensamientos se amontonan, mi corazón late más aprisa. Al sentarme a su lado no puedo permanecer calmada. Entonces comienza el sermón bíblico, y pronto oigo la firme voz de mi esposo al hacer su promesa de amarme y cuidarme, y siento más confianza.
Ahora es mi turno, y estoy pronta y dispuesta a prometer amar y respetar profundamente al que mis padres han cuidadosa, atenta y amorosamente elegido para ser mi esposo. [...]
Mi casamiento
Por la propia historia de mi madre el lector puede ver que mis padres han tenido experiencia, y por consejo de ellos pude ver qué importante es el cuidar nuestra conducta a medida que crecemos. En toda ocasión en que estamos delante de otros, no sabemos quién nos puede estar observando. Si nuestra conducta no es buena, ¿cómo podemos esperar que algún día alguien distinguido nos escoja como cónyuge para su hijo? Si no fuera así, nos pasaríamos el resto de nuestra vida lamentándonos de no haber podido tener un buen matrimonio.
Ahora ya ha terminado la ceremonia matrimonial, y nos despedimos del gentío entrando en un auto para un corto intervalo antes de la recepción. Es nuestra primera oportunidad de tener unas pocas palabras juntos. Estoy tan emocionada de descubrir que mi esposo es mejor que cualquiera que hubiera podido imaginarme o desear. Es tan amable conmigo. Mi corazón se desborda de alegría y amor cuando en esos primeros instantes me dice: “Si me equivoco, debes corregirme, y yo te corregiré cuando tú te equivoques. Debemos siempre tener comprensión entre nosotros.” Habló también de ayudarnos unos a otros espiritualmente estudiando juntos la Biblia.
Me siento muy feliz de comenzar mi vida matrimonial con tan excelente compañero. En verdad estoy agradecida a Jehová Dios, así como a mis amorosos padres que han puesto tanto cuidado en escogerme un esposo tan excelente.—Contribuido. ¡Despertad! 22 de noviembre de 1972, páginas 20-23.
No obstante, los que se separan de tales tradiciones se encaran a considerable presión de la familia, especialmente en lo relativo a la tradición del matrimonio por arreglo. Al hacer frente a esta situación, una joven de la India dio un testimonio cabal a los hombres que le habían presentado como sus esposos en perspectiva. Cada uno decidió, a su vez, que no quería casarse con ella en vista de sus firmes creencias religiosas. Con el tiempo, con el consentimiento de sus padres, la joven se casó con un Testigo indio. Ahora son una familia unida en el servicio de Jehová. La Atalaya 15 de mayo de 1985, página 30.
Otro ejemplo de cómo los principios bíblicos pueden chocar con las costumbres locales tiene que ver con el que los padres decidan con quién se han de casar sus hijos. Para los hijos cristianos que tienen padres incrédulos esto, por lo general, presenta un verdadero problema, pues los padres creen que han fracasado si sus hijos no están casados para cierta edad. De modo que una gran presión, incluso palizas, se ejerce para obligar a los hijos, y especialmente a las hijas, a casarse. Cuando escasean los cristianos disponibles para casarse, los padres incrédulos harán casi cualquier cosa por preparar un casamiento para su hijo o hija; pero el cristiano recordará el principio de casarse “solo en el Señor”. (1 Corintios 7:39; Deuteronomio 7:3, 4.)
Los beneficios de obedecer los principios bíblicos
La sobresaliente belleza de los principios bíblicos es que pueden traer mejoras a la vida de cualquier persona que desee aplicarlos, prescindiendo del lugar donde viva. Estos son consecuentes y unen a las familias. Hacen que las personas sean más honradas y que lleguen a ser mejores esposos y padres, mejores esposas y madres, mejores hijos, mejores empleados. Estas personas pueden sobreponerse a los problemas causados por las costumbres locales conflictivas y equilibrar la aplicación de esas costumbres que, aunque no van directamente en contra de lo que es la voluntad de Dios para el hombre, dificultan más el amoldarse a esa voluntad de Él. La Atalaya 1 de febrero de 1987, páginas 6 y 7.
El matrimonio no solo afectaba a la familia, sino también a toda la tribu o comunidad patriarcal, pues podía incidir en la fuerza de la tribu, así como en su economía. Por esta razón, la selección de una esposa y todos los acuerdos, lo que abarcaba los económicos, tenían que fijarlos los padres o tutores implicados, aunque a veces se buscaba el consentimiento de los contrayentes (Gé 24:8) y no se solían pasar por alto los sentimientos románticos de ambos. (Gé 29:20; 1Sa 18:20, 27, 28.) Por lo general, los padres del joven llevaban a cabo los primeros pasos o proposiciones, pero a veces eran los padres de la muchacha, en especial si había diferencia de rango. (Jos 15:16, 17; 1Sa 18:20-27.)
Parece que la costumbre general consistía en que un hombre buscase una esposa entre sus propios parientes o dentro de su tribu, como se deduce de lo que Labán le dijo a Jacob referente a su hija: “Mejor me es darla a ti que darla a otro hombre”. (Gé 29:19.) Los adoradores de Jehová, sobre todo, seguían esta costumbre, como Abrahán, quien envió a buscar de entre sus parientes en su propio país una esposa para su hijo Isaac, más bien que tomar una de las hijas de los cananeos, en medio de los que estaba morando. (Gé 24:3, 4.) Se desaprobaban y se desanimaban con firmeza los matrimonios con los que no adoraban a Jehová. Era una forma de deslealtad. (Gé 26:34, 35.) Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2, página 343.
Matrimonio concertado
[...] Los padres cristianos que vayan a concertar un matrimonio deben cuestionarse las razones que los mueven. Cuando el materialismo o el deseo de prestigio son los factores que determinan la elección de pareja, surgen dificultades (1 Timoteo 6:9). Por ello, los que realizan la elección deberían preguntarse: “¿He tomado esta decisión motivado por el interés en la felicidad y la salud espiritual de ambos contrayentes? ¿O más bien he tratado de mejorar la posición social o económica de la familia, o de recibir ciertos beneficios monetarios?” (Proverbios 20:21).
El consejo que da la Biblia es claro y beneficioso. Indistintamente de quién realice la elección, lo más importante al escoger cónyuge es la virtud y espiritualidad de este. Cuando se tienen dichos aspectos presentes, se honra al Autor del matrimonio, Jehová Dios, y los recién casados pueden partir de una base espiritual sólida, que contribuirá mucho a que su unión sea feliz y enriquecedora (Mateo 7:24, 25). ¡Despertad! 8 de octubre de 1999, página 19.
Antes de nada, pensemos en lo que esperan las personas de tu entorno, es decir, tu familia y la comunidad. Por ejemplo, ¿es costumbre donde vives que sean los padres quienes busquen cónyuge a los hijos? Claro, tal vez creas que el noviazgo y el matrimonio son asuntos personales, pero aun así, los cristianos procuramos no ofender innecesariamente a nadie, por lo que tomamos en cuenta los sentimientos de la familia y las personas allegadas. Los jóvenes preguntan... página 20.
En muchas culturas, la tradición dicta que los matrimonios sean concertados. Se parte de la base de que, como los padres tienen más sabiduría y experiencia, están más capacitados para buscarles pareja a los hijos. Y lo cierto es que, como en tiempos bíblicos, dichos matrimonios suelen salir bien. Los padres que tengan la responsabilidad de tomar esa importante decisión aprenderán mucho de Abrahán. Cuando decidió buscarle esposa a su hijo Isaac, no dio importancia ni al dinero ni a la posición social de la joven. Más bien, valiéndose de su siervo, se tomó el trabajo de localizar a una mujer que adoraba a Jehová (Génesis 24:3, 67). Manténganse en el amor de Dios (2008) (2014), página 115, párrafo 12.
Fin de las citas.
Por lo tanto, el matrimonio concertado ha estado y está permitido dentro del colectivo de los testigos de Jehová, siempre y cuando este se celebre entre miembros de la confesión religiosa..., ¡ese es el único impedimento! No encuentran razones teológicas que impidan tales uniones, más bien al contrario.
Al hilo con este tema, haré mención de una noticia que ha colgado nuestra hermana Barbara Anderson, sobre una nueva ley en Canadá que prohibirá los matrimonios concertados. Sale también el relato de una extestigo de Jehová, de nombre Marsh, que sufrió este calvario de un matrimonio concertado en los años setenta. La experiencia es algo larga y se merece una entrada aparte. Sin embargo, el portavoz de la confesión religiosa en Canadá miente como un bellaco cuando declara solemnemente:
Los testigos de Jehová en Canadá no han respondido de manera directa las denuncias efectuadas por Marsh, pero uno de sus portavoces dijo por medio de un correo electrónico: "el matrimonio concertado, y el que las esposas sean sometidas a prácticas maritales contra su voluntad, el algo repugnante y contrario a lo que los testigos de Jehová creen, practican y enseñan".
De modo que, mentirosillo hermano portavoz, según la documentación oficial de nuestra propia confesión religiosa --a la que representas-- estás mintiendo descaradamente. Por supuesto, a un servidor no le extraña nada la mentira y el engaño cuando procede de un portavoz como tú: la entidad religiosa justifica la mentira cuando esta logra salvar la buena imagen pública y el patrimonio económico de la única Organización elegida por Dios.
http://johnhenrykurtz.blogspot.com.es/2014/01/consultorio-teocratico-puedo-mentir.html
http://johnhenrykurtz.blogspot.com.es/2014/03/la-estrategia-de-guerra-teocratica-del.html
Para concluir, apreciada hermana Mª Carmen, creo que hemos contestado safisfactoria y documentalmente tu pregunta teocrática. Ahora, cuando visites de nuevo a esa Sra., ya no tendrás ni que mentir ni hacer el ridículo en el nombre de Dios. Simplemente, quedarás en paz contigo misma al darle la razón..., ¡y aquí paz y después gloria!
La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. ¿Quién es el padre de la mentira y de los innumerables chanchullos teocráticos?...
O sea que el tal Vasili es el granaino, desde que el granaino se fue de descanso Vasili no ha respondido ni un comentario mas.. Muy curioso.
ResponderEliminarQuerido John… esta hermanita debe ser nuevecita en la verdad porque quien conozca el concepto superlativo que los te-jotas le dan al matrimonio no dudaría en responderle a un sectario con bastante bases de que entre la verdadera org de Dios no existe, todavía, como regla o costumbre el matrimonio “concertado”… pero te digo que si el buen CG ve una ventaja en ello para mantener compacta a la grey no dudara en regularizarlo
ResponderEliminarTómate tu tiempo para leer la entrada. ¿Quién ha escrito que entre los testigos de Jehová existe "como regla o costumbre el matrimonio concertado"?
EliminarEsta entrada de la que tú tan "alegremente" comentas, documenta que entre los testigos de Jehová está legitimado bíblicamente el matrimonio concertado.
Yo documento, tú hablas porque has visto hablar..., ¡o porque eres un agente Watch intentando intoxicar!
Tranquilo Henry, tranquilo hombre… sabemos que entre los te-jotas se aceptan matrimonios concertados, pues esto no es delito en los países donde se acostumbra. Mi comentario anterior no era un reproche al tema, lo que dije fue aludiendo a la hermanita nuevecita de Gerona que no ha sabido responder algo tan sencillo al sectario que le cuestionó. Eso es todo John, no hay un mal rollo en eso.
EliminarCon lo siguiente no deseo hacer polémica pero considero que el asunto del matrimonio no es algo que la WT reglamente fuera del contexto bíblico. La mayoría de ellos tratan de llevar una vida marital a la altura de lo que creen de la biblia ¿o no es así? Las recomendaciones que hace el CG no me parecen tan descabelladas; por ejemplo en la citas de las publicaciones que has mostrado se deja ver el tipo de consejos que dan, y en ellos no se percibe uno mala intención, al menos yo no lo veo, ¿Tu si querido John?
Ahora mi opinión es que los matrimonios concertados no deberían de existir. Ni tampoco deben los padres imponer a sus hijos un modelo de cónyuge para matrimoniarse, es responsabilidad del interesado buscar un buen consorte, pues será él quien cargue con las consecuencias de su decisión, sean buenas o malas. El matrimonio debe ser la unión de dos seres que se aman y que comparten proyectos de vida similares pues eso les facilitara la buena convivencia. Sin embargo no hay nada de malo en que los padres den consejo práctico a los hijos para que estos sepan escoger un buen cónyuge, ¡claro! en tanto lo hagan buscando la felicidad del interesado…
Otra cosa John, ¿Qué te hizo pensar que soy un prowatch que intenta intoxicar? No es mi intención hacer apología a favor de la WT, eso te lo aseguro, pero considero que al hablar debemos ser francos y llanos. “Al pan, pan, y al vino, vino y el gazpacho con pepino” Henry Kurtz.
Tranquilo Henry, tranquilo hombre… sabemos que entre los te-jotas se aceptan matrimonios concertados, pues esto no es delito en los países donde se acostumbra. Mi comentario anterior no era un reproche al tema, lo que dije fue aludiendo a la hermanita nuevecita de Gerona que no ha sabido responder algo tan sencillo al sectario que le cuestionó.
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Tal vez, das muchas cosas por sentado. A lo mejor muchos testigos de Jehová no están al tanto de este asunto.
Por otro lado, fíjate en las palabras del portavoz de los testigos de Jehová en Canadá:
"el matrimonio concertado, y el que las esposas sean sometidas a prácticas maritales contra su voluntad, el algo repugnante y contrario a lo que los testigos de Jehová creen, practican y enseñan".
http://www.macleans.ca/news/canada/against-their-will/
¿Qué opino de ello?... pues que le puso una raya más al tigre. Que no me va a contar cuentos chinos ese tío.
ResponderEliminarFui testigo de primera fila como Doña María. R. soportó un verdadero calvario solo porque “Dios odia un divorciarse” y “lo que Dios ha unido bajo un yugo no lo separe ningún hombre”. Aun hoy todavía, con su años y sus achaques, le da pavor faltar a una reunión porque pierde su lugar en el "expreso wt rumbo al paraíso"...
Saludos