Estimados camaradas que os apretáis el cinturon a causa de la crisis económica:
En el Betel ajalvireño, tenemos un fitipaldi que presume de ello. El personaje, la tosquedad y chulería personificada, sin más títulos académicos que la etiqueta de una botella de Anís del Mono... al tio le gusta la velocidad en la carretera... es un crack de la oratoria y la jurisprudencia --por lo menos eso cree él--. Se autoproclama "El Príncipe de la Oratoria"... ¡el Cicerón ajalvireño!
¿Qué miembro del Komité Kardenalicio Ajalvireño pilla el Volkswagen Passat de la Sociedad y se transforma en nuestro Fernando Alonso ocasional? ¡Claro, todo tiene su explicación! Antes de la entrada del carnet por puntos en el Reino de España, si la benemérita te cazaba cometiendo un infracción en la carretera, te ponía un multa... y tú a pagar, y con eso quedaba todo arreglado. Ahora, con el tema de carnet por puntos, tiene que ir con pies de plomo en el tema de la conducción temeraria.
Éste sujeto, Don Botijos, cogía (y coge) el coche de la Sociedad --la gasolina la pagamos todos de nuestras contribuciones voluntarias que 'mendigamos por la calle' para la Obra Mundial-- y, con aquella tranquilidad que te da el tener todos los gastos pagados, tanto de coche como de multas por infracciones cometidas de tráfico, se dedicaba a "probar" el motor del Passat de la Sociedad. La Guardia Civil, ya le tiene puesto un mote "Don Multas"... ¡claro, con pólvora ajena cualquiera tira! El personaje del Komité llegaba a Betel y a fanfarronear con lo que le había contestado al guardia civil: "¡Mire usted, señor guardia... si voy más despacio se me cala el coche... ja, ja, ja!". Y los publicadores ibéricos a pagar tus multas, ¿no?
Don Botijos, ¿podrías indicarme en qué texto bíblico indica que tus multas o las multas de los miembros del Komité Kardenalicio... las tenéis que pagar con el dinero de las contribuciones voluntarias de los publicadores ibéricos? ¿Podéis también pagar las mías...? Así, que además de pagarte un vehículo de gama alta... pagarte toda la gasolina que malgastas... tener que soportar que seas un peligro para los demás a causa de tu conducción temeraria... tener que pagar tus multas... ¿tengo que soportar tu insufrible chulería tosca?
Por favor, dispón de los recursos económicos que todos aportamos como te plazca... ¡pero no nos martirices más con tus chistes malos! Nos reímos porque eres del Komité Kardenalicio... ¡pero son muy malos!
Luego, en los discursos, que el fin de todos los fines está cerquísimo: "¡Hermanos... tenemos que contribuir con nuestras cosas valiosas al Señor! El fin está cerca... observad el cambio climático... la crisis económica. Todo está muy mal. Dejad de acumular tesoros en la Tierra para vosotros... fijáos en la Sociedad Watch Tower... no tiene ninguna propiedad a su nombre... todos los salones del reino están alquilados. Olvidaos de vacaciones... Dios nunca descansa. Poned primero el reino y ya veréis como el Cielo os bendice --a mi el Cielo me paga hasta las multas por poner en primer lugar el reino--. ¡Claro... cuando se tiene una fe como la tuya... todo son bendiciones!
Esto del voto de pobreza como el que tú has hecho... ¿dónde se puede apuntar uno a eso? Yo, trabajando como un negro y por un sueldo mísero, tengo un coche de segunda mano con más años que Matusalén... de vez en cuando me deja tirado. Encima, del poco dinero de que dispongo... tengo que echar en la alcancía de las Buenas Nuevas... para que tengas dinero para pagar las multas... qué bonito, ¿eh?
¿Me puedes explicar cómo tú con el voto de pobreza tienes derecho a: vehículo de gama alta con todos los gastos pagados --incluídas cualesquier multas--, piscina climatizada, sauna, cancha de tenis, gimnasio, aire acondicionado, calefacción, regalos y prebendas al por mayor, euros en cantidad allá donde hacéis esos patéticos discursos que sólo consiguen estremecer los bolsillos de las abuelas ávidas de esperanza de un vida con salud y lozanía eternas en un maravilloso paraíso... con la única condición de que dejen su piso a la Sociedad Watch Tower?
La verdad es que vosotros no os podéis quejar... "el poner el reino en primer lugar"... os sale rentable. Habéis puesto la mano en el "arado" y no queréis mirar atrás... a las cosas del mundo: al sudor, el tesón, el esfuerzo continuado, el trabajo duro, el frío, el calor, el incierto futuro laboral por un sueldo... la determinació interior de continuar adelante como sea... para que nuestra familia tenga lo básico. Sí, estamos dispuestos a "entregarnos" por los nuestros... como el Maestro lo estuvo por todos nosotros. Derramamos nuestra alma como libación... por nuestras mujeres e hijos. ¿Y vosotros... por quiénes os sacrificais?