viernes, 25 de octubre de 2013

¿Todos los animales fueron herbívoros?

Perico (el Arquitecto)

http://rationalwiki.org/wiki/File:Stan_the_Trex_at_Manchester_Museum.jpg
Tamaño del Tyrannosaurus rex en comparación con una persona
http://es.wikipedia.org/wiki/Tyrannosaurus_rex

   

     Estimados camaradas víctimas de las tropelías pseudoteológicas watchtowerianas:

     El hermano Perico, desde una localidad de Tarragona, nos formula un pregunta teocrática que le carcome desde la niñez, porque no encuentra una respuesta satisfactoria que se acomode a las ideas estrambóticas que pare el cuerpo eclesiástico de los testigos de Jehová.  Para poneos en antecedentes, no me cansaré de recordaos que Perico es un megacrack, con su Certificado de Estudios Primarios se ha comido y se come el mundo de la construcción teocrática..., ¡no hay plano que se le resista!  ¡Incluso los lee al revés...! 

     De tanto en tanto, colabora con la Honorable Resistencia Apóstata.  Sin embargo, en esta ocasión se remite a un servidor con una pregunta que le corroe desde su infancia teocrática y ejemplar.  Pregunta lo siguiente:
Según indica el Cuerpo Gobernante, todos los animales cuando fueron creados, eran herbívoros  --únicamente comían hierba-- .  No obstante, ¿cómo podemos encajar esta explicación teocrática con los dientes del Tyrannosaurus rex, con unos 30 centímetros de longitud, y clasificado como el mayor carnívoro y depredador conocido?  Este dinosaurio, y otros más, ¿tenían la dentadura adaptada para comer hierba como un rumiante?
     Hermano Perico, desde este consultorio apóstata, te daremos respuesta a tus inquietudes espirituales y apropiadas..., ¡y gratis!  ¿Te pedimos donativos, como lo hace el Cuerpo Gobernante?  Es verdad que ellos te ofrecen profecías fallutas y verdades caducas..., ¡pero por un donativo en metálico!  Además, quieren también el pisito y la herencia de la abuela, ¡hasta sus dientes postizos, sin son de oro!  Sin embargo, ¿qué te pido yo, un alma cándida y generosa?  Soy un pardillo integral ibérico, si no, ¿cómo se podría explicar que me captaran en su día los pedigüeños sin fronteras?  Pero, no deseo entretenerte más y robarte tu tiempo valioso en la construcción teocrática.   Así, que, ¡va por ustedes!
Pero también razonó que durante el milenio estos cambios que se efectuarían en los hombres, de ser crueles a ser pacíficos, lógicamente se reflejarían en la creación animal. Escribió: “Cuando se renueve el orden creado, entonces deberá suceder que los animales estén sujetos al hombre y vuelvan a los alimentos que Dios les dio al principio, el fruto de la tierra, del mismo modo que estaban sujetos a Adán y le obedecían.”—Against Heresies V, 33, 4. [...] 
Mientras Adán y Eva vivieron en aquel jardín deleitable, ¿temieron a los animales salvajes? ¿Estropeaban su paz animales que estuvieran haciendo presa unos de otros con fiereza? Lo que Isaías escribió en los capítulos 11 y 65 sugiere que no. También tenemos esta información histórica que se encuentra en Génesis: “Pasó Dios a decir [a Adán y Eva]: ‘Miren que les he dado toda vegetación que da semilla que está sobre la superficie de toda la tierra y todo árbol en el cual hay fruto de árbol que da semilla. Que les sirva a ustedes de alimento. Y a toda bestia salvaje de la tierra y a toda criatura volátil de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra en que hay vida como alma les he dado toda la vegetación verde para alimento.’ Y llegó a ser así.”—Gén. 1:29, 30. 
Como usted quizás sepa, hoy muchas personas, incluso algunos miembros del clero, no aceptan lo que la Biblia dice acerca del jardín de Edén y las condiciones que reinaron allí. Algunas personas afirman que el registro acerca de Adán y Eva es solo un mito o una alegoría. De ese modo se ponen en oposición a Jesucristo, ya que él aceptó el registro bíblico como verdadero, y en realidad citó de éste. (Mat. 19:4, 5) Además, muchos clérigos no creen lo que la Palabra de Dios dice acerca de los animales del jardín de Edén. Quizás la teoría de la evolución ha afectado su punto de vista... que lo que vemos en la vida animal hoy es una extensión de lo que siempre ha sido y que la “supervivencia del más apto” siempre ha regido entre los animales y los seres humanos. 
Pero ejerciendo fe en el poder de Dios, y aceptando de buena gana lo que la Biblia dice, podemos confiar en que en Edén los primeros humanos no fueron pecaminosos, ni personas belicosas, y que los animales del paraíso se hallaban en paz. Fundándonos en nuestra propia experiencia al observar a los animales en los parques zoológicos, en programas de televisión sobre la fauna silvestre, o en granjas, ¿no podemos estar seguros de que una cosa que debe haber contribuido a hacer deleitable la vida tiene que haber sido el que el hombre tuviera en sujeción a los animales?—Gén. 1:26. [...] La Atalaya, 1 de abril de 1980, páginas 10 y 11. 
Cómo era la vida 
Cuando Dios creó a los humanos y los animales para vivir en la Tierra, no se proponía que ellos mataran. Los creó para que tuvieran relaciones pacíficas unos con otros. Por eso las circunstancias eran completamente diferentes de las que existen hoy día. El registro nos dice que “vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire! era muy bueno”. (Génesis 1:31.) 
La creación humana habría de tener en sujeción amorosa a “los peces del mar y las criaturas volátiles de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra” (versículo 28) . Ninguno de los animales del jardín de Edén mataba. No eran una amenaza para el hombre; ni era el hombre una amenaza para animal alguno. 
La palabra de Dios dice claramente con relación a los primeros humanos: “Les he dado toda vegetación que da semilla que está sobre la superficie de toda la tierra y todo árbol en el cual hay fruto de árbol que da semilla. Que les sirva a ustedes de alimento” (Génesis 1:29). Por lo tanto, el hombre no usaba a los animales como alimento. 
¿De qué se alimentaban los animales? El registro inspirado declara: “A toda bestia salvaje de la tierra y a toda criatura volátil de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra en que hay vida como alma les he dado toda la vegetación verde para alimento”. (Génesis 1:30.) 
De modo que cuando Dios diseñó a los humanos los puso en un paraíso tranquilo llamado Edén. Los hizo para que estuvieran en armonía con los animales, sin que hubiera violencia ni matanza por causa de alimento entre los animales o entre los hombres. Y los humanos habrían de mantener las cosas en tal estado mediante cuidar de sí mismos, de los animales y del jardín paradisíaco que ellos y su prole extenderían hasta que, con el tiempo, abarcara toda la Tierra. (Génesis 1:27, 28.) 
La clave 
[...]Así que el independizarse de Dios y sus leyes es lo que puso al hombre en un camino de imperfección, violencia y muerte. Además, a medida que el hombre se volvió al desafuero, el caos fue surgiendo también en la creación terrestre. El hombre perdió el dominio amoroso que tenía sobre los animales. Puesto que los humanos no podían dirigirse a sí mismos pacíficamente, no es de extrañar que los animales estén en la misma condición. 
Los animales —que tenían un régimen vegetariano en Edén, como los humanos— comenzaron a vivir unos de otros, y algunos hasta se alimentan de humanos cuando se les hace posible (Génesis 1:30). Y como concesión para la supervivencia del hombre, a éste se le autorizó a comer carne animal como alimento después del Diluvio. (Génesis 9:2-4.) [...] ¡Despertad!, 8 de abril de 1984, páginas 8-12.  
“Los dinosaurios comían hierba” 
“Ha sido una gran sorpresa para el mundo científico” descubrir que “los dinosaurios comían hierba”, revela la agencia de noticias Associated Press. Se llegó a esa conclusión tras analizar heces fosilizadas de saurópodo que se encontraron en la India. ¿Por qué tanta sorpresa? Según el informe, se creía que “la hierba no apareció hasta mucho después de la extinción de los dinosaurios”. Además, se pensaba que los saurópodos “no tenían el tipo de dientes adecuados para triturar hierbas que contengan sustancias abrasivas”. Caroline Stromberg, especialista en paleobotánica y jefa del equipo que hizo el descubrimiento, asegura: “La mayoría de la gente no se hubiera imaginado que comían hierba”.  ¡Despertad!, septiembre de 2006, página 30.
      Como podéis leer, los del Cuerpo Gobernante tienen poca credibilidad..., ¡si alguna!  Niegan la evidencia científica, en aras de unas patrañas envueltas en el humo de la nada.  Teológicamente, van a salto de mata, se inventan respuestas según aparecen las inconsistencias, aunque desconozcan los hechos.  ¡Vamos, decir que todos los animales fueron creados herbívoros....!  ¡Manda huevos!

     ¿Qué hay del tiburón blanco? ¿La pantera? ¿El oso polar? ¿El lobo?  ¿El cocodrilo?  ¿El león?  ¿El tigre de Bengala?  ¿Están diseñados sus colmillos y garras, así como su sistema digestivo..., para comer hierba?  Según la teología tombolesca watchtoweriana, los animales carnívoros se convierten en herbívoros una vez que Adán y Eva pecan, ¿quién se puede creer semejante patraña?  Antes, ningún ser viviente se alimentaba de otro: el que tenía hambre, se pedía un batido de fresa o unos churros con chocolate.

     Así, con este club de lumbreras teocráticas, no vamos a ninguna parte.  Por eso, desde este púlpito virtual, os seguiré iluminando, esperando vuestra pregunta: "Atalaya, ¿qué hay de la noche?".  Desde aquí, podréis vislumbrar en quién podéis confiar y quién os quiere llevar al huerto teocrático.

     La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.  ¿Quién es el padre de la mentira?

martes, 22 de octubre de 2013

Consultorio teocrático watchtoweriano: "¿Puedo enamorarme de un mundano y no morir en el intento?"


     Estimados cofrades ocultos en las catacumbas ibéricas y allende los mares:

     La hermana Anita, desde Gijón y después de comerse una de sardinas a la brasa con una botella de sidra en la Cuesta del Cholo, ha tenido tiempo para reflexionar sobre el cómo y el por qué los caciques de la entidad religiosa de nuestros amores, le ponen límites a su vida sentimental y afectiva.

     ¡Bueno! Resulta que conoce a un joven desde el instituto, con el que tiene mucho en común, han pasado unos años desde entonces..., ¡y se han enamorado locamente el uno del otro!  Pero, ¡ay, ay, ay!  A los ancianos de la congregación no les parece bien este escarceo amoroso "mixto" propio de la juventud.  Si embargo, veamos qué pregunta nuestra hermana:
"¡Nos hemos enamorado perdidamente!  Vivo en Gijón, y desde mis años de instituto conozco a un joven que me quiere, siempre me ha respetado las creencias religiosas..., ¡siendo él y su familia católicos de pura cepa!  Yo no me escondo de nada ni de nadie, pero, el otro día, casualmente, cuando estábamos tomándonos un café en un bar..., ¡apareció un anciano y nos pilló juntos!  En ese momento no dijo nada, no obstante, en la siguiente reunión de congregación a la que asistí, me abordaron él y otro anciano.  Me preguntaron si el joven que estaba conmigo en el bar era testigo de Jehová; yo lo negué, diciéndoles que era mi novio y la persona con la que pensaba casarme en el futuro.  Ellos se extrañaron y me preguntaron cómo no les había informado del asunto.  Les dije que sobre mi vida privada no suelo comentar nada con personas ajenas al ámbito familiar.  Y que en todo caso, a nadie debería importarle estos asuntos privados.  En este punto les cambió el semblante y el tono de voz.  Advirtiéndome que los testigos de Jehová tenemos que evitar enamorarnos de personas que no profesan nuestra fe religiosa..., ¡por los peligros que conlleva para el creyente!  Les intenté tranquilizarles explicándoles que él es una persona respetuosa y tolerante con todo el mundo, y además manifiesta unos altos principios morales en su vida diaria.  Para más inri, mis padres y los suyos están encantados con nuestra relación, ya que se conocen también desde hace muchos años.  Me advirtieron que de no cambiar mi actitud y romper la relación con el joven, ellos deberían tomar medidas contra mí a nivel de congregación: al no ser un ejemplo teocrático, no podrían contar conmigo para privilegios especiales y que ningún hermano asistiría como invitado a esa hipotética boda.  Creo que está demás intentar explicar que se quedaron con cara de pocos amigos: pasaron de la mirada cariñosa a una de gravedad en un santiamén.  La actitud de los ancianos, ¿es una personal o es la que marca la dirección de la nuestra confesión religiosa?".
     Hermana Anita, te remito a la canción; "Las cosas del querer", que dice en parte:
Lo nuestro tiene que ser
Aunque entre el uno y el otro
Levanten una pared.
 
Son las cosas de la vida
Son las cosas del querer,
No tienen fin ni principio
Ni quién cómo ni por qué.  
     Una vez dicho lo anterior, paso a responder tu pregunta teocrática y apropiada a más no poder.  Primero aclararte que la actitud de los ancianos no es un capricho circunstancial y pasajero de ellos.  Ellos siguen las directrices específicas que comunica el Cuerpo Gobernante.  En estos temas el cuerpo eclesiástico de los testigos de Jehová es inflexible: nada de confraternización entre el miembro de la comunidad religiosa y las personas ajenas a esta, ¡mucho menos concertar noviazgos mixtos!  Ellos desean conservar la pureza de la raza watchtoweriana, no quieren que tengamos a nadie que pueda despertarnos del sueño inducido por los pedigüeños sin fronteras.  Nos han puesto las anteojeras watchtowerianas para que veamos el mundo exterior a la entidad religiosa y las personas que lo componen, como uno intrínsecamente malo..., gobernado por Satanás el Diablo.  Nuestras relaciones con las personas ajenas a la entidad religiosa, deben circunscribirse a lo inevitable: en el mundo académico, laboral y familiar.  La única excusa válida, es cuando hacemos esa especie de paripé   --propio de la mercadotecnia--   con el fin de hacerlos conversos: los bombardeamos con amor en nuestra labor evangelizadora..., ¡sin olvidarnos de pedirles un donativo en metálico para la etérea Obra Mundial!

     Una vez puesto los puntos sobre las íes, te remito a la propia documentación de la confesión religiosa, ¡para que luego los agentes Watch no puedan quejarse con ese victimismo patológico e interesado que les caracteriza!  ¡Va por ustedes!
¿Hay alguna verdadera objeción a que un testigo de Jehová “concierte citas” con un no Testigo que respeta las creencias del cristiano?—EE. UU. 
La Biblia no comenta en cuanto a “concertar citas,” puesto que ésta es una práctica moderna, pero sí contiene principios orientadores. 
Los cristianos devotos no consideran el “concertar citas” simplemente como diversión. Más bien, lo consideran como un aspecto del cortejo, un paso serio hacia el matrimonio. En cuanto al matrimonio, las Escrituras animan a escoger un cónyuge que esté “en el Señor,” un creyente, y no simplemente una persona que ‘respeta las creencias de uno.’ (1 Cor. 7:39) De consiguiente, el que concertara citas con un incrédulo con la mira de hallar un cónyuge estaría obrando de manera contraria a la admonición de la Biblia. 
Por otra parte, también, aunque algunos incrédulos respetan las creencias de uno, ellos mismos no están siguiendo el consejo de la Palabra de Dios. Siendo éste el caso, quizás se inclinen a tomar ciertas libertades con alguien del sexo opuesto. No siendo inmune a los deseos de la carne, el cristiano podría ceder a la tentación cuando estuviera con un incrédulo. “No se extravíen,” amonesta la Biblia. “Las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles.”—1 Cor. 15:33. 
Aunque se evite conducta inmoral, un incrédulo no es un buen asociado. La persona que no es adoradora devota de Jehová Dios no podría ser fuente de verdadero estímulo al que lo es. Un incrédulo, aunque parezca ser una ‘buena persona’ y respete la fe del creyente, no obstante no aprecia cosas espirituales. Puesto que su modo de ver las cosas no es espiritual, él o ella no fortalecería al creyente en una determinación de ser fiel a Dios. Al contrario, dado que el incrédulo posiblemente esté pensando en el matrimonio, estaría animando al cristiano a pasar por alto el consejo de Dios en cuanto a ‘casarse solo en el Señor.’ 
Por lo tanto es prudente que el cristiano dedicado busque posibles cónyuges solo entre los que son creyentes y que poseen espiritualidad.—Compare con Deuteronomio 7:3, 4; Nehemías 13:26, 27; Malaquías 2:10-12.  La Atalaya, 1 de marzo de 1975, página 158.
     Por lo tanto, según los mandamases de la Organización: no puedes relacionarte sentimentalmente con "un no Testigo".  Si no es testigo de Jehová..., ¡no es para ti!  Los ancianos simplemente te han transmitido las directrices que reciben del Cuerpo Gobernante.

     ¿Mi opinión apóstata?: ¡No les hagas ni puñetero caso!  Eres dueña de tu vida y de tu felicidad.  No permitas que se entrometan en tu vida sentimental.  Además, tienes que saber que el índice de divorcios entre los testigos de Jehová, está por encima de la media en comparación con otras denominaciones religiosas..., ¡e incluso entre los ateos!  ¡No es ningún farol...!

     El 24 de marzo de 2008, me hacía eco de una macroencuesta hecha en los EE.UU., entre las principales confesiones religiosas.  Un estudio que constaba de 143 páginas.  Arrojaba estos datos sobre el índice de divorcios:
¿Quién dijo aquello de: "Por sus frutos los reconocerán"? Lo más sorprendente de todo esto es en el número de DIVORCIADOS. Sí, la religión verdadera también se distinguiría por esto... en contraste con las religiones del "mundo"... que no se alimentan con la comida sana dispensada por el "esclavo fiel y discreto". Los TJ tienen un 14% en divorciados. Los protestantes un 13%. Los católicos un 10%. Los ortodoxos un 9%. Los judíos un 9%. Los mulsulmanes un 9%. Los budistas un 12%. Los hindúes un 5%. Y, el colmo de los colmos... ¡hasta los ateos se divorcian menos que los testigos de Jehová, con un 10%!  http://johnhenrykurtz.blogspot.com.es/2008/03/s-s-sociedad-watch-tower-pero-las.html

http://religions.pewforum.org/pdf/report-religious-landscape-study-full.pdf

     Como ves, Anita, aquí no queremos engaños ni patrañas.  Tampoco trampa ni cartón reciclado watchtoweriano.  Llamamos al pan, pan y al vino, vino.  ¡Y lo documentamos!  ¿Hacen lo mismo los agentes Watch a sueldo? No olvides lo más importante: ¡sé dueña de tu vida... y que no te agüen la fiesta!

      La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.  ¿Quién es el padre de la mentira compulsiva en el nombre de Dios?