Juana de Arco (colaborada apóstata cántabra)
¡Despertad! 8 de diciembre de 1967, páginas 26 y 27, P.V.P.: 1$ suscripción anual
Estimados camaradas sedientos de la verdad prístina watchtoweriana:
¿Puede caducar la verdad? Los agentes Watch defienden que la verdad por la que mueren hombres, mujeres y niños es una en constante metamorfosis.
Ayer, la confesión religiosa del notorio arraigo y olé prohibía como inaceptables bíblicamente las vacunas, hoy, la Biblia no lo prohibe, ¿ha muerto alguien en el camino por obedecer estos mandatos de hombres como si de la Palabra de Dios misma fuesen? ¿Caducó la verdad que se vendía 5 centavos la revista? ¡Desgraciadamente, sí...!
Ayer, la confesión religiosa ibérica, prohibía los trasplantes de órganos a humanos, hoy, dicen que la Biblia no dice al respecto. ¿Cuántos murieron por causa de esta doctrina caduca? ¡Ni se sabe! ¿Caducó la verdad cambiante watchtoweriana? ¡Desafortunadamente, sí...! Son los daños colaterales cuando te eriges en la Voz de Dios en la Tierra.
Ayer, la confesión religiosa coaccionaba con la expulsión a cualquiera que aceptase un tratamiento médico como lo es una transfusión sanguínea, hoy, permite que se transfundan ciertos componentes sanguíneos..., pero NO la sangre completa. ¿Dónde dice la Biblia que un cristiano puede aceptar ciertos componentes aislados de la sangre, pero no la sangre completa? ¡En ninguna parte! ¿Han muerto personas por causa de esta doctrina? Según ciertos cálculos..., cientos de miles. ¿Alguna nota pública en la que el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová pida disculpas por las consecuencias de sus doctrinas cambiantes? Ni están ni se les espera. Ellos están por encima del bien y del mal, no son responsables de lo que enseñan, ¿es esto lógico?
¿Puede defender alguien --en su sano juicio-- estas doctrinas asesinas? Pues sí, los agentes Watch, en sus diferentes blogs.
Pero, hoy, hemos recibido estas páginas de la revista oficial de los testigos de Jehová, la ¡Despertad! Gracias a nuestra colaboradora apóstata, Juana de Arco, la cántabra. Se ve que es una buscadora de las perlas que han escrito los pedigüeños. Ella es todo un ejemplo en su congregación, da buenos comentarios y sale en muchas demostraciones en la plataforma, pero..., ¡en sus ratos libres colabora con la Resistencia Apóstata! ¡Tiene esa debilidad! ¿Quién lo diría, eh? Gracias, Juana, muchas gracias por compartir con nosotros este artículo tan teocrático y espiritual..., ¡repleto de ideas y conceptos interesantes!
La pregunta que formulan y contestan los testigos de Jehová, es la siguiente:
"No permito que la mujer ejerza autoridad sobre el hombre"... ¿por qué?
Primero, intentan justificar teológicamente la actitud de la confesión religiosa hacia la mujer en los diferentes entornos posibles: congregación, familiar y laboral. Sobre el tema teológico no entro, porque doctores tiene la iglesia.
Pero, el párrafo tres, me encandila y deja boquiabierto: "Sin embargo, los hechos muestran que la jefatura del hombre es tanto somática como psicológicamente sana y sirve a los mejores intereses de todos los implicados, como veremos". Para ser sincero, desconozco esos hechos que demuestran más allá de toda duda razonable que la jefatura del hombre per se es la óptima para el bienestar físico y mental de todos. Mi opinión --basada en el estudio empírico-- me demuestra que tanto la mujer, como el hombre, pueden tomar decisiones acertadas: he visto hombres sensatos y mujeres sensatas, he visto hombres inútiles y mujeres otro tanto. Aunque les pese a algunos, en esto no puedo estar de acuerdo con el Cuerpo Gobernante.
No se conforman con eso, y continúan: "Así, una autoridad prominente sobre el cuerpo humano (soma) Gray's Anatomy (Edición de 1966), informa el hecho interesante de que en lo que toca al cráneo humano no hay diferencia entre el varón y la hembra hasta el tiempo de la pubertad; pero al acercarse a la edad adulta la diferencia se hace más y más evidente. El cráneo femenino es más ligero y su capacidad craneal es aproximadamente 10% más pequeña que la del varón, así como lo es el resto de la anatomía. El contorno del cráneo femenino también es más redondo y los huesos faciales son más suaves. Evidentemente, con las líneas de la belleza hay menos fuerza áspera". Al final, ¿el tamaño es lo que importa? Parece que para la Watchtower sí, cuando recurre interesadamente a este comentario. ¿A mayor tamaño de la cabeza..., mayor inteligencia? Es evidente que la cabeza de la mujer --en términos generales y sin diferenciarse del hombre en este sentido-- corresponde al tamaño de su físico..., ¡cuestión elemental de proporciones! Pero, ¿mayor cabezón, más inteligencia? En Betel de Ajalvir había un muchacho al que llamábamos Felipón, que tenía más cabeza que un saco de ajos, y no es que el muchacho fuese tonto, pero tampoco era Einstein. Yo, a diferencia del Cuerpo Gobernante, no veo mayor utilidad al tamaño y fortaleza de la cabeza que para partir almendras con la frente..., ¡eso sí es una ventaja! Además, ¿qué mérito puede tener el que poseas una testa del tamaño de un balón de playa si el día que te hiciesen un sombrero de paja los burros tendrían que comer pan con chocolate? ¡Podrías alterar el ecosistema!
Pero el Governing Body Bank --tan estudiados ellos en la materia de la nada--, no se conforman sólo con la diferencia del perímetro encefálico y entran en la calidad. Sí, hermanos, hay diferencia tanto en el recipiente como en el contenido, según ellos. Puede que alguien pregunte, ¿pero hay cerebros de primera y se segunda clase? Leed atentamente lo que siguen escribiendo los espabilados de turno: "Es verdad, el simple tamaño del cerebro en sí no es tan importante como la calidad del cerebro, pero cuando la calidad es la misma el tamaño más grande del cerebro tiene una ventaja... Implícito en estos hallazgos es que el hombre tiene ventaja al tener un tamaño de cerebro mayor". La inteligencia viene dada por el peso de cerebro: más grande la cabeza de la persona, pues mayor inteligencia. Como el hombre tiene la cabeza más grande morfológicamente, consecuentemente está más capacitado. ¿Y la mujer, qué? La mujer en casa y con la pata quebrada. Sino, leed las siguientes palabras:
"El hecho de que sirve a los mejores intereses de ambos sexos el que el hombre lleve la delantera también lo apoya la evidencia psicológica... Como lo expresa ella, las mujeres tienen que aprender el arte de la aquiescencia eterna y altruismo profundo al tratar con sus esposos si quieren ser felices". Hemos pasado de la "evidencia" morfológica a la psíquica. Una cosa es evidente, las mujeres y los hombres son diferentes..., ¡salta a la vista! Sobre el componente psicológico, como no somos expertos --como la Watchtower--, pues también debe haber sus diferencias, pero, ¿son menos aptas para tomar decisiones? No lo creo. Vuelvo a repetirlo: he encontrado mujeres inteligentes en sus decisiones y a hombres que también lo son, igualmente, hombres y mujeres ineptos. Sobre hombres ineptos, me gustaría hacer un inciso, creo que el porcentaje es muy elevado en los cuerpos de ancianos de la confesión religiosa, debido a que, una condición sine qua non es el que no tengan criterio. ¿Y qué diremos sobre la
aquiescencia eterna? Mujeres, ¡olvidad este consejo del Cuerpo Gobernante, están como cabras! Aquiescencia, significa: aprobar o consentir. Como bien explica la Wikipedia:
Acuerdo que se presta pasivamente a una decisión o designio ajeno. http://es.wiktionary.org/wiki/aquiescencia La pregunta que podemos hacerle al Governing Body Bank es la siguiente: "¿Y si el cabeza no tiene cabeza, entonces, qué?". Hacerle caso al Cuerpo Gobernante, equivale a constituirte en la mujer florero dentro de tu casa, y no creo que un hombre sensato pueda querer eso de otra persona a la que quiere..., ¡otra cosa sería lo que espera un tirano de una mujer! Una mujer, no puede consentir o avenirse a todo lo que piense su marido. La mujer es otro ser humano, con inteligencia suficiente como para opinar y decidir. Además, hay un dicho que dice que: cuatro ojos ven más que dos. Siendo esto cierto, la otra persona puede enriquecernos con su propio punto de vista de las cosas y evitar el que caigamos en un error que pueda perjudicar a la familia. Toda relación humana donde uno --el más fuerte-- no respete al otro, acaba mal. En el momento que intentes edificar una relación sobre la base de que tú eres superior somáticamente y psicológicamente por naturaleza..., ¡lo tienes mal!
En fin, no deseo redundar más en esta idea, pero, leyendo el artículo completo se puede apreciar qué hay en la cabeza de las personas que dirigen esta confesión religiosa, qué concepto tienen de la mujer.
NOTA:
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